En un contexto de presión cambiaria y alta volatilidad, el Gobierno confirmó una nueva compra de dólares por al menos US$500 millones, utilizando fondos del Tesoro Nacional depositados en el Banco Central (BCRA). La operación se realizó fuera del mercado de cambios tradicional, mediante acuerdos privados de bloques.

“Compramos bastante estos tres días”, indicaron desde el Palacio de Hacienda, aunque evitaron dar cifras oficiales. La maniobra fue respaldada por declaraciones del propio director del BCRA y del ministro de Economía, Luis Caputo, quienes defendieron el mecanismo como una forma de acumulación de reservas sin emisión monetaria.

Desde fines de junio, el Tesoro ya había empezado a adquirir dólares con recursos propios. La primera compra fue de US$200 millones, y desde entonces se estima que ya se superaron los US$1.000 millones acumulados por este canal alternativo.

La estrategia surge en paralelo al pago de US$4.200 millones a bonistas privados y al desarme de las LEFI, que implicó una emisión de $28 billones, afectando las tasas en pesos. Para contener la situación, el Gobierno intervino en futuros, realizó una licitación extraordinaria para absorber liquidez y subió las tasas en pesos.

Según el secretario de Finanzas, Pablo Quirno, se trata de una nueva vía para sumar reservas sin alterar el mercado cambiario, complementada por emisiones en dólares a pagar en pesos (como los Bonte30) y un repo por US$2.000 millones ya en marcha.

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