La investigación se inició tras la denuncia de las hermanas. De acuerdo a su testimonio, su padre las había abandonado cuando nacieron y recién pudieron conocerlo en 2018, cuando ellas tenían 15 años.

Después de enviarle una serie de mensajes en los que le pidieron verlo, el acusado finalmente aceptó encontrarse con sus hijas pero con la condición de que no le dijeran nada a su madre.

Así empezó la revinculación y también el calvario de las mellizas, que fueron abusadas sexualmente por su padre biológico hasta que cumplieron los 18 años y se animaron a denunciarlo.

Una de ellas intentó escaparse un día, pero el padre la persiguió, la encerró en el baño y la ahorcó. Fue en enero de 2020, y fue cuando las jóvenes ya no pudieron soportar más el infierno en el que vivían. Entonces le contaron todo a un tío y el hombre hizo la denuncia.

Según la denuncia de las presuntas víctimas, una de ellas se mudó a vivir con su papá y se convirtió en su primera víctima una noche, después de que el hombre la llevara a un bar y la forzara a beber alcohol. Cuando la adolescente se despertó no tenía puesta la ropa interior y él estaba encima de ella.

No fue un hecho aislado. El acusado -siempre según el relato en sede judicial- también empezó a abusar de su otra hija cuando esta iba a visitarlo.

“Las mato a ambas y a su madre”, les decía para que no se resistieran, según el relato que hicieron las víctimas ante la Justicia, detalló El Liberal. Así las sometía, la violaba y las reducía a la servidumbre. Incluso, les impedía que fueran a la escuela.

El acusado llegó al juicio detenido, imputado por la fiscal Yésica Lucas por los delitos de “abuso sexual con acceso carnal agravado por la convivencia” y “abuso sexual con acceso carnal agravado por el vínculo”. En caso de ser condenado, podría recibir una pena máxima de 30 años de prisión.