Choques tribales en la región sudanesa de Darfur dejaron por lo menos 48 muertos la semana pasada, informó este miércoles un funcionario a cargo de refugiados, en el episodio más reciente de violencia intercomunal en las olvidadas periferias de Sudán.

Es el primer hecho de violencia tribal a gran escala en Darfur desde agosto, aunque más de 350 personas han muerto en hechos de violencia en los últimos meses en Nilo Azul, una provincia en el sur.

Los enfrentamientos entre las tribus Misseriya y Rezeigat estallaron cerca de la aldea de Juguma, en Darfur Central, el miércoles pasado tras un robo a mano armada, indicó la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas (OCAH).

Unas 24 de las víctimas murieron el sábado cuando desconocidos abrieron fuego contra un grupo que estaba tratando de mediar en el conflicto, afirmó la OCAH. Añadió que miles de personas, en su mayoría mujeres y niños, huyeron a la aldea vecina de Tuktuka.

El domingo, las autoridades de Darfur Central decretaron un estado de emergencia de un mes y un toque de queda nocturno. Los trabajadores de ayuda humanitaria han sido evacuados y sus labores han sido suspendidas.

Adam Regal, vocero de una organización local que ayuda a operar campamentos de refugiados en Darfur, dijo a la agencia AP que el saldo de muertes por los combates de la semana pasada es posiblemente mayor.

El aumento de la violencia en el sur y oeste de Sudán ocurre en momentos en que los generales en el poder y las facciones principales del amplio movimiento prodemocracia están negociando en un intento por encarrilar la transición democrática del país.

Sudán está sumido en turbulencia desde que el general Abdel-Fattah Burhan encabezó un golpe de Estado en octubre de 2021, que trastocó la frágil transición democrática del país tras tres décadas de régimen autocrático bajo Omar al-Bashir.

Muchos analistas consideran que la violencia en las zonas apartadas de Sudán se debe al vacío de poder surgido tras la insurrección militar, ya que la represión del gobierno se centró en la capital Jartum y en el centro del país.

Por su parte, la alianza Fuerzas de la Libertad y el Cambio, el principal grupo de la oposición civil en Sudán, anunció la consecución de un “acuerdo marco” con los militares.

“Llegamos a un acuerdo marco con el Ejército para poner fin a la crisis política en el país”, dijo en rueda de prensa uno de los líderes de las Fuerzas de la Libertad y el Cambio, Taha Ozman, al adelantar que el poder volverá a manos de una autoridad civil.

“El estamento militar aceptó que el consejo de ministros esté formado únicamente por civiles y que el primer ministro sea el jefe de los consejos de Seguridad y Defensa”, afirmó Ozman.

Agregó que el “proceso político” para salir del actual punto muerto requerirá primero firmar el acuerdo marco y, posteriormente, que “todas” las partes implicadas se sienten a estudiar cuatro puntos básicos, entre los que destaca la justicia transitoria.

Sin embargo, otro líder de la alianza opositora, Yasser Omar, precisó en la rueda de prensa que antes de rubricar el pacto consultarán con “todas las fuerzas de la revolución”, cuyo visto bueno será decisivo para seguir adelante con el proceso.

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