Si bien todos los asesinatos son terribles y causan conmoción en la opinión pública, las formas en las cuales han sido llevados a cabo algunos, potencian más la violencia y lo aterrador con lo que se manifestaron los criminales.

Richard Chase ha sido uno de esos sujetos temibles que asolaron Estados Unidos a finales de la década del 70, y con lo particular que en sólo un mes mató a seis personas, situación en la cual también practicó el canibalismo y la necrofilia con las víctimas.

El conocido "Vampiro de Sacramento" nació a finales de mayo de 1950 en esta ciudad estadounidense, y desde pequeño mostró problemas mentales acompañados de crueldad hacia los animales, piromanía y enuresis (incontinencia urinaria), rasgos que los investigadores llaman "Tríada homicida".

Además de ser hipocondríaco desde niño, esto lo acompañó con drogas alucinógenas y la ingesta de alcohol, por lo que con los años se convirtió en un adicto de esto y empeoró su enfermedad.

Sus problemas eran tales que Chase sostenía que cada tanto su corazón "dejaba de latir" o que la faltaba la arteria pulmonar, por lo que se ponía naranjas en la cabeza diciendo que le faltaba vitamina C en su cuerpo y que su cerebro las absorbía de esa manera.

Como era de esperar, ya de adolecescente sus parejas le duraban poco, se fue de casa y habitó en departamentos con amigos, pero poco duraba su aventura independentista, ya que sus compañeros lo dejaban solo por su adicción al LSD, marihuana y alcohol, además de pasearse desnudo por la casa.

Si todos estos componentes eran pocos faltaba otro también grave: su deseo de sangre, de hecho, a los 25 años fue internado en un hospital por inyectarse sangre de conejo. Su pasión por la sangre fue tal, que al ingresar a su habitación, se encontraron aves muertas y su cara llena de sangre (solía comerse a los animales crudos y licuar su fluido para beberla), por lo que fue internado en una institución para la salud mental con el diagnóstico de esquizofrenia paranoide.

Richard Chase: nueva detención y sangre

En 1976, las autoridades de la institución le dieron el alta médica pero nada cambió, ya que apenas un año más tarde, volvió a ser detenido desnudo en el estado de Nevada cubierto de sangre de una vaca que había matado. Esa acción fue la antesala del futuro: matar cuerpos grandes, es decir, pasar de animales a humanos, y sobre todo, pensando que para diciembre de ese año, Chaes se había comprado una pistola calibre 22, con la cual comenzó sus crímenes en Sacramento.

El 29 de diciembre de 1977, Richard Chase le disparó en el pecho a Ambrose Griffin (51), quien estaba caminando por la calle y ayudando a su esposa, por lo que se transformó en la primera víctima del criminal.

En tanto, el 23 de enero de 1978, Chase ingresó a la vivienda de Theresa Wallin (22 y embarazada de tres meses), la mató de tres disparos y le practicó necrofilia mientras la apuñalaba con un cuchillo. También, le extirpó varios órganos, le cortó el pezón izquierdo y bebió su sangre, además de pintarse la cara con la sangre de la víctima.

Cuatro días más tarde, el asesino ingresó a la casa de Evelyn Miroth (38), a quien mató junto a su hijo Jason (6), su sobrino David Ferreira (1) y un amigo de la mujer, Danny Meredith (51). A todos les disparó pero al cadáver de la mujer, lo violó, apuñaló y mutiló. En tanto, al cuerpo del niño de un año se lo llevó a su casa, lo mutiló y se comió algunos órganos.

Sin embargo, el escape del asesino con la criatura muerta fue visto por una vecina del vecindario y llamó a la policía brindando todos los detalles del sujeto. Las manchas de sangre de las víctimas llevaron a los agentes del orden hasta la casa del asesino, donde confirmaron lo peor: paredes, piso, techo, heladera y todos los vasos y cubiertos llenos de sangre, además de restos humanos y un olor nauseabundo que gobernaba el lugar.

Tras la detención del "Vampiro de Sacramento" llegó el juicio a partir del 2 de enero de 1979, , tuvo una duración de cinco meses y la Justicia lo condenó a la pena de muerte (por càmara de gas) por encontrarlo culpable de seis cargos de asesinato en primer grado, a pesar de que sus abogados intentraron que esa carátula fuera por segundo grado.

Mientras estaba encerrado en la prisión de San Quintín, tuvo varios problemas con otros reclusos de su pabellón, ya que éstos lo instaban al suicidio, situación que en cierta forma se dió el 26 de diciembre de 1980, cuando fue hallado muerto en su celda muerto por sobredosis con una serie de antidepresivos recetados que no tomño durante largo tiempo, y decidió hacerlo "de una" en ese día.

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