El Gobierno nacional anunció la suspensión del acto por el Día de la Lealtad que tenía previsto realizar el próximo 17 de octubre, al tiempo que señaló que se plegará  a la movilización que 24 horas más tarde realizará la Confederación General del Trabajo (CGT) y los movimientos sociales frente al Monumento al Trabajo. En tanto, crece la inquietud en el oficialismo ante la falta de repunte en el marco de la campaña y ante el aumento de la protesta social en el área metropolitana.

"No habrá movilización el 17, lo que estaba previsto no será así; habrá distintos eventos a lo largo y ancho de toda la Argentina", anunció este mediodía el jefe de Gabinete Juan Manzur, quien señaló que ese día el presidente Alberto Fernández ofrecerá un saludo en conmemoración por el 76° aniversario del Día de la Lealtad Peronista con un mensaje a través de los medios de comunicación.

El anuncio fue realizado por el ministro coordinador en el marco de una actividad que tuvo lugar en el club IMOS, donde junto al ministro de Turismo y Deportes, Matías Lammens, entregó tarjetas del programa "Clubes en Obra" a entidades deportivas de la Ciudad, con el fin de que cada institución pueda comprar materiales y realizar obras de infraestructura y que beneficiará a 3 mil asociaciones en todo el país, con una inversión superior a los 3.200 millones de pesos.

"La fecha es muy sentida en nuestro espacio, el peronismo; pero también coincide con el Día de la Madre y todas las familias argentinas van a celebrar esa fecha", dijo Manzur, que destacó que la CGT "ha organizado una movilización para el 18, a la que obviamente se va a sumar el Gobierno", ocasión en la que, y según indicaron fuentes sindicales, no habrán oradores -algo que podría ser modificado con el correr de los días- pero sí se leerá un documento.

Números que no evidencian un repunte
Más allá de la no concreción del acto en una fecha tan relevante para el justicialismo, lo cierto es que desde el oficialismo entienden que deberán comenzar a focalizar la campaña con miras a las elecciones legislativas de noviembre poniendo el eje en aquellos distritos que consideran propios y donde sin embargo fueron castigados en las urnas o bien porque los votantes emigraron hacía otros espacios o porque optaron por no ir a sufragar.

En ese contexto, desde el Frente de Todos afirman que en el marco de la campaña que ya está en marcha no se percibe el repunte necesario como para poder dar vuelta la elección: "Los números que estamos viendo no están buenos porque las encuestas de ellos y las nuestras están reflejando que nos va a ir peor que en las Primarias", sostienen desde ese espacio, desde donde si bien reconocen que tendrán "más votos", a su vez admiten que no los ayudarán los  porcentajes.

El escenario que plantean hacía el interior de la alianza oficialista es que tras el desembarco de Manzur y los intendentes en la provincia, el Gobierno nacional dará "un giro hacía la realpolitik", por lo que entienden que entre otras cuestiones, las políticas de género "van a pagar un precio muy alto" y se irá hacía un peronismo más tradicional, donde se jerarquizará "a quienes hayan ganado, tengan buenas gestiones en el territorio y que les vaya más o menos bien".

Aumento de la protesta social y la pelea por la caja 
También evalúan que después de las elecciones "tendrá que haber un Alberto muy inteligente y muy prudente" porque de lo contrario "iremos a una crisis política de envergadura".

En ese punto, advierten que la "protesta social que estuvo dormida durante la pandemia, se disparó" por lo que creen que tendrá que haber "un regreso hacía la humildad política, y Cristina misma va a tener que se sentarse con Alberto y ordenar mucho".

Según los números que manejan, en la Región Metropolitana que comprende a Ciudad de Buenos Aires y el Gran Buenos Aires (La Primera y Tercera Sección electoral y La Plata), se pasó de tener a principios de año "una o dos protestas por día del conjunto de las organizaciones sociales, a tener entre 8 y 9", dato que afirman se incrementó a partir de la salida de la pandemia, pero además,  "del combate que se está dando en torno a la administración de los recursos del área de Desarrollo Social", porque la salida de Daniel Arroyo al frente de ese ministerio y la llegada de Juanchi Zabaleta "lo que blanqueó es la pelea por los recursos".

En ese sentido, señalan que "el dinero de esa cartera lo está administrando el Movimiento Evita", organización que ahora se encuentra "bajo bombardeo de parte  Zabaleta y La Cámpora", lo que ha llevado a que "se estén empezando a contar las costillas".

Las fuentes consultadas recuerdan que en el marco de la disputa que enfrentó al jefe de Estado con la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, lo que derivó en una crisis del Gobierno nacional "el Evita quiso armar un acto en respaldo al presidente" que culminó con el plenario de la militancia realizado el jueves último en el estadio de Nueva Chicago.

"Alberto se molestó con ese juego y por eso ese día llegó acompañado por Máximo Kirchner y ambos fueron los encargados de cerrar el acto", porque entendió que es con el líder de La Cámpora "adentro o no es", afirman los voceros consultados.

La disputa por una caja que calculan ascendería a los 150 mil millones de pesos, llevó a que Zabaleta, a quien le reconocen "un poder relativo" al frente del ministerio que comanda, se terminara alineando - en una alianza impensable- con el camporismo y los intendentes "por la pelea de los recursos".

"Jaunchi no tiene el gobierno real en el ministerio y como no quiere quedar como un títere del Evita -que fue lo que le pasó a Arroyo-, está jugando con La Cámpora" pese a que "fricciona en Hurlingham donde no quiere perder protagonismo, pero acuerda con ellos en Desarrollo Social", grafican.

Con ese escenario de disputa como telón de fondo, desde el Frente de Todos admiten que están "viendo difícil las elecciones a nivel nacional pero con el epicentro puesto en la provincia de Buenos Aires", y reconocen que como el Gobierno nacional no dispone de los recursos suficientes, tampoco puede tomar medidas extraordinarias, por lo que "salvo que le encontremos la vuelta, estamos muy complicados", subrayan.

Sin embargo y pese al complicado panorama por el que atraviesa el oficialismo, desde el comando de campaña no se amilanan y optaron por una mayor cercanía con el electorado y por "territorializar al mango la campaña a nivel general, que es lo que nos queda", al tiempo que reconocen "que hay algunos distritos en particular" donde se está trabajando "más fuerte" como por ejemplo en municipios del territorio bonaerense como Quilmes o Moreno "que son sectores nuestros de extracción peronista y donde sin embargo perdimos muchos votos".

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