Matías Gallardo, de 23 años, brindó este jueves su alegato final en el juicio que se le sigue por el choque ocurrido el 12 de febrero de 2023, en el ingreso a Margarita Belén, en el que perdieron la vida tres jóvenes y otros dos resultaron gravemente lesionados.

Ayer comenzó el juicio por jurados contra Matías Gallardo, de 23 años, quien es juzgado por la muerte de Franco Cardozo, 24 años, Carla Meza, de 25 años, y María Soledad Jara, de 29 años, tres jóvenes que perdieron la vida en un siniestro vial ocurrido el 12 de febrero de 2023 en el ingreso a Margarita Belén.

Gallardo conducía un Volkswagen Vento en estado de ebriedad, con 1,48 gramos de alcohol en sangre, cuando embistió a las tres víctimas que estaban con sus motos en la calzada del acceso de la localidad: Carla Meza, Franco Cardozo y Soledad Jara fueron las víctimas mortales.

En su exposición ante el tribunal, Gallardo relató que luego de salir de su trabajo como jefe de mozos/bar tender se dirigió a la casa de sus padres y, acompañado, luego emprendieron el regreso hacia Margarita Belén. Durante el trayecto, manejó él. Pasaron por un kiosco 24 horas, regresaron, y en una curva cerrada, según su versión, no pudo evitar colisionar contra vehículos estacionados. Añadió que si esos autos no hubieran estado allí, habría tenido tiempo de frenar.

Describió que al chocar, los impactos provocaron que el airbag se activara, que las puertas quedaran trabadas, y que algunas personas terminaran debajo del auto. Consciente de la gravedad, dijo que salió rápidamente para socorrer a quienes estaban atrapados. Se dirigió luego hacia la ruta, se quedó de rodillas porque no podía respirar, en estado de shock, y esperó que apareciera un patrullero que pasaba.

Gallardo admitió que había consumido cerveza, bebidas energizantes y algo en un boliche aquella noche, y que conocía al menos a algunas de las víctimas. Se mostró profundamente conmovido por el dolor de las familias, reiteró su arrepentimiento, dijo que la familia estaba decepcionada, que él no comía ni dormía bien, que pensaba constantemente en los que perdieron la vida y en sus propias responsabilidades.

Narró: “Estoy pagando por lo que hice. Soy consciente de lo que pasó y me hago responsable de mis actos.” Manifestó que su intención ahora es tener el valor para pedir perdón, tanto a su madre como a las familias de las víctimas.

Finalmente, pidió que se reconozca que el hecho imputado en su contra sea considerado como homicidio culposo, no con dolo, ya que —según su defensa— no hubo intención directa de matar, sino una combinación de velocidad, alcohol y descuido.