Un reciente informe sobre ausentismo electoral, con foco en la Ciudad de Buenos Aires, revela una participación histórica del 53,35%, la más baja registrada hasta la fecha. Este dato subraya un creciente "desinterés" en el proceso electoral, que podría reconfigurar el panorama político de la capital argentina.

En lo que va del año Chaco es la provincia con menor porcentaje de votando, acudió el 52 por ciento del padrón, seguida por la Ciudad Autónoma con el 53 y Santa Fe con el 55 por ciento.

Los resultados de las últimas elecciones locales en CABA muestran una clara irrupción de La Libertad Avanza (LLA), que se posicionó como la principal fuerza anti-kirchnerista, obteniendo un 30,13% de los votos y sumando 11 bancas en la Legislatura porteña. Este avance se da en detrimento del PRO, que si bien obtuvo un 15,92% y 5 bancas, ve cómo su tradicional hegemonía se resquebraja después de 20 años.

La Legislatura porteña se presenta ahora más atomizada, con diversas fuerzas políticas que lograron representación. Esta nueva composición plantea un desafío significativo para el PRO, que deberá gobernar hasta 2027 con una fragmentación que exigirá nuevas estrategias de construcción de consensos y gobernabilidad. El bajo nivel de participación electoral y la emergencia de nuevas fuerzas políticas marcan un quiebre en la lógica electoral histórica de la Ciudad de Buenos Aires.