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17 de Abril de 2025
ACTUALIDAD
9 de abril de 2025
El canciller Gerardo Werthein regresó al país en un jet privado desde Florida junto a una modelo neerlandesa, sin brindar explicaciones, en un episodio que expone la doble vara del gobierno de Javier Milei respecto a los privilegios de la “casta”.
Mientras el gobierno de Javier Milei repite hasta el hartazgo su cruzada contra “la casta” y los privilegios, el canciller Gerardo Werthein -el ministro más rico del gabinete- protagonizó un nuevo escándalo diplomático: regresó al país en un vuelo privado desde Florida, acompañado por la modelo neerlandesa Nina Francisca Schreuders, quien integró del grupo de bailarinas estables del programa de Marcelo Tinelli y fue, además, tapa de la revista Hombres.
Según pudo saber este medio, la modelo de 35 años vive en el país desde 2010 y no es ajena a la fama: tiempo atrás se la vinculó con el futbolista uruguayo Diego Forlán. Schreuders también trabajó en Sábado Bus, es hija única y sus padres poseen una empresa vinculada a la informática.
La información se conoció gracias a una imagen filtrada en redes sociales, en la que puede verse la declaración general de vuelo de la empresa Pacific Ocean S.A., utilizada para el trayecto entre el aeropuerto internacional de Palm Beach y aeroparque Jorge Newbery. En el documento, fechado el 4 de abril de 2025, Werthein figura como único pasajero junto a la joven nacida en 1989. Según trascendidos no oficiales, el vuelo habría sido piloteado por el periodista oficialista Antonio Laje, aunque este dato no fue confirmado.
Werthein se encontraba en Estados Unidos en el marco de una visita oficial, con reuniones en Washington D.C. junto a funcionarios como el secretario de Comercio Howard Lutnick, el representante comercial Jamieson Greer y el senador Marco Rubio. En sus redes sociales, el canciller mostró una agenda cargada de fotos, elogios y mensajes optimistas sobre la relación bilateral con Estados Unidos. Sin embargo, nada dijo sobre su particular forma de regresar al país, ni sobre su llamativa compañía a bordo.
El silencio oficial contrasta con el tono moralista del discurso libertario, que no pierde oportunidad para denunciar “el despilfarro del estado” y exigir “sacrificio” a la ciudadanía. ¿Cuál es el mensaje que da el jefe de la diplomacia argentina cuando se sube a un avión privado de 12 mil dólares la hora, acompañado por una figura del espectáculo y sin dar explicaciones?
Hace algunos meses, desde el ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto aclararon que Werthein paga de su propio bolsillo todos los vuelos privados que utiliza. Lo mismo ocurrió cuando viajó en el mismo jet a la cumbre del Mercosur en Montevideo o al G20 en Río de Janeiro. De hecho, su entorno asegura que el empresario y diplomático “jamás utilizó un avión del estado” y que se costea hoteles, comidas y transporte.
Sin embargo, exfuncionarios advierten que esta modalidad es peligrosa y podría acarrear problemas serios: no solo por la opacidad y la falta de control, sino por el riesgo de caer en sospechas de dádivas o conflictos de interés. Además, se ha detectado que la aeronave utilizada por Werthein suele estacionarse un día antes en la pista del área militar del Aeroparque, destinada a la flota presidencial, algo que requiere autorización oficial.
Por si fuera poco, este mismo uso de instalaciones militares por vuelos privados generó una denuncia judicial contra una exfuncionaria de la secretaría General de la Presidencia de la Nación, por el presunto alquiler irregular del sector Sur del Aeroparque.
El caso Werthein resume con crudeza la doble moral del actual gobierno. Mientras se le exige a la población “ajuste” y “privaciones”, los funcionarios se mueven como si vivieran en una burbuja de lujo, sin control y sin rendición de cuentas. Lo más alarmante no es que el canciller sea rico -eso, por si hace falta aclararlo, no es delito-, sino que su comportamiento contradice abiertamente el relato de austeridad con el que Milei llegó al poder.