Las altas temperaturas y la sequía prolongada están dejando un saldo crítico en la producción agrícola del Chaco, con pérdidas estimadas en más de 1.350 millones de dólares, según un informe elaborado por técnicos del Grupo Agroperfiles. 

En medio de la incertidumbre, los productores siguen aguardando precipitaciones que alivien la situación.

Del total de las pérdidas, se estima que 350 millones de dólares corresponden a los costos de siembra, mientras que los ingresos que dejarían de percibirse rondan los 1.000 millones de dólares. Con este panorama, la campaña agrícola 2024/2025 se perfila como una de las más difíciles de los últimos 30 años para la provincia.

El informe advierte que esta crisis no solo afecta a los principales cultivos—soja, maíz y algodón—sino también a otros sectores productivos como la frutihorticultura. Además, el impacto en la ganadería podría ser significativo debido a la escasez de pasturas naturales.

El golpe económico de esta ola de calor podría dejar fuera del circuito productivo a cientos de pequeños y medianos productores, quienes ya enfrentan serias dificultades financieras tras tres campañas marcadas por pérdidas y deudas.

Para estimar las pérdidas, los técnicos tomaron como referencia los datos oficiales del Ministerio de Producción del Chaco, que indican una superficie sembrada de 1.126.905 hectáreas entre algodón, soja, maíz y sorgo.

A medida que avanza la campaña, las expectativas están puestas en la llegada de lluvias que permitan mitigar el impacto de esta situación extrema.