Tras los reclamos del Fondo Monetario Internacional (FMI) hoy, el Gobierno tomó del Banco Central (BCRA) otros $120.000 millones para financiar el gasto público a poco de comenzar diciembre.

El nuevo giro, 23° en lo que va del presente ejercicio, se concretó el último lunes en concepto de “Adelantos Transitorios” (AT), lo que hace que la asistencia vía emisión monetaria sume $1,563 billones por todo concepto (sumando a estos préstamos las transferencias por utilidades contables realizadas).

El nuevo envío se conoce precisamente en la jornada en la que el FMI hizo públicos sus pedidos para llegar a un acuerdo con la Argentina para refinanciar la deuda. Dos de los puntos centrales pasan precisamente por reducir el déficit fiscal y -especialmente- el financiamiento monetario del Tesoro por la incidencia que ello tiene en la inflación.

Una nueva aceleración en la emisión monetaria, que tuvo un “pico” en los meses previos para sustentar el “Plan Platita” de cara a las últimas elecciones, era aguardado por el mercado dado los abultados compromisos de pago que enfrenta el Gobierno y los anuncios conocidos en la semana de refuerzos para jubilados y titulares de planes sociales, para compensar la quita que sufrieron por el sostenido aumento de los precios de la canasta básica.

Aunque la recaudación impositiva creció 59,5% en noviembre y el propio ministerio de Economía destacó que a precios constantes, se ubicó en valores similares a los que tenía durante 2017 (último año previo a la recesión) y además durante ese mes obtuvo nuevo financiamiento del mercado por unos $140.000 millones, el desenfreno que mantiene la ejecución del gasto público hace que nada alcance y la maquinita deba volver a trabajar a ritmo forzado tras un noviembre algo más calmo (el de menor asistencia desde junio) que cerró con la remisión de $130.000 millones (65% menos que los casi $353.000 girados en octubre).

El economista Gabriel Caamaño, director del Estudio Ledesma, calcula que la administración Fernández habría uso la casi totalidad del margen que se reinventó hace unos meses, mediante la maniobra contable realizada con los DEG’s que giró el FMI, durante el presente mes. “Estimo que al BCRA pueden llegar a pedirle tranquilamente $300.000 millones. Con eso la asistencia monetaria directa neta cerraría el año en 3,5% PIB”.

Caamaño explica que la último asistencia estaba hasta los primeros días de la semana aún depositada en las cuentas que el Tesoro tienen en el BCRA. “Habían usado unos $80.000 millones remanente a comienzo de mes y les queda margen por unos $200.000 millones aún cuando usen los $120.000 millones del lunes”, detalló

La sostenida impresión de pesos y puesta en calle es uno de los factores que está detrás del aumento que registran las expectativas de inflación para el año que viene en los últimos meses. Según el último Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) que mes a mes recaba el BCRA, subieron 3,2 puntos sólo en el último mes elevando el pronóstico de inflación para todo 2022 al 52,1 por ciento.

El problema es que llegó a un nivel tal que está desafiando los límites de la política de esterilización que aplica el BCRA cuya deuda remunerada va camino a terminar el año arriba de los 4,5 billones, monto que le obliga a su vez a emitir a las tasa actuales unos $140.000 millones por mes... Esto equivale a decir que por cada $10 pesos absorbidos se ve obligado a emitir nuevamente casi $7.

Los economistas descuentan que los envíos seguirán en las próximas semanas dado el cada vez más cronograma de pagos que el Gobierno se autoimpone.

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