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26 de enero de 2021

Cayó “Papupa” Córdoba, el ex líder de la barra de Gimnasia

Su temible historial delictivo y el llamativo hallazgo al momento de la detención. En este oportunidad, quedó preso por coacción agravada y tenencia ilegal de arma de guerra. En el allanamiento, además, le secuestraron armas, drogas y dinero

Cuando la UFI 7 de La Plata dio la orden de los allanamientos a la Policía Bonaerense, los domicilios les resultaron familiares. No era la primera vez que debían ir a buscar a un integrante de la familia Córdoba a su hogar en La Favela de La Plata, allí en Tolosa, donde reinan a pura violencia desde hace ya 30 años. Pero lo sorprendente fue cuando ingresaron en la morada donde estaba Juan Pablo Córdoba, el famoso Papupa, hombre de frondoso prontuario policial, ex jefe de la barra brava de Gimnasia y puntero de todos los partidos políticos que quieren hacer pie en esa zona. Porque allí, mientras se lo llevaban detenido y le secuestraban armas, drogas y dinero, más de un oficial tuvo un escozor en el cuerpo al ver en las habitaciones lo que muchos podrían identificar como un rito umbanda pero uno de los efectivos precisó aún más: iconografía de San La Muerte, el santo obviamente jamás canonizado por la iglesia católica y a quien sus seguidores le atribuyen la posibilidad de hacer un mal o un daño, algo que tranquilamente podría combinarse a la perfección con la historia del mismísimo Papupa.

La causa por la que ahora está preso el líder del clan Córdoba es por coacción agravada y tenencia ilegal de arma de guerra. Según la denuncia que lo llevó tras las rejas, Papupa intentó desalojar una casa de Tolosa, en la zona de 530 y 15, cercana al Estadio Unico que supuestamente estaba en conflicto entre los socios de una constructora y claro, uno de ellos lo llamó a Papupa para arreglar la cuestión y Córdoba, para hacerle entender que la cosa iba en serio, disparó a quien se resistía a dejar la morada. Otra es la versión que Córdoba dio en su indagatoria el viernes pasado, asesorado por el abogado Juan Angel Di Nardo. Allí afirmó que fue citado en esa casa para una operación y cuando llegó fue emboscado. Lo cierto es que la fiscal Virginia Bravo no le creyó, tampoco tuvo suerte en el juzgado 5 de garantías a cargo de la doctora Marcela Garmendia y quedó preso porque el delito tiene pena de cinco a diez años de prisión. “En cuanto citen a declarar a los testigos que propusimos se verá que Córdoba es inocente de todo lo que lo acusan”, le dijo Di Nardo a Infobae.

El tema es que Córdoba también está en la mira por otra causa que lleva la UFI 3 de La Plata, a cargo del doctor Marcelo Martini, en donde un grupo de barras intentó tomar un predio en la zona de Abasto a puro tiro. Y varios señalan presuntamente a Córdoba como el líder de esa banda. El año pasado, en los momentos más álgidos de las tomas de tierra en todo el Gran La Plata, la Cámara Inmobiliaria de la Provinicia de Buenos Aires sacó un comunicado responsabilizando a la barra de Gimnasia de estos hechos. Más claro, echarle agua.

El tema es que los fiscales que actúan contra Córdoba conocen bien su prontuario. Como todo La Plata, por otro lado. Papupa es el más famoso de un clan iniciado por su padre, llamado también Juan Pablo y ex policía de la Bonaerense en los 90. La primera causa que puso el apellido en el tablero fue la llamada “Favela Blanca”, cuando en 1997 la Policía ingresó con 150 efectivos a la zona de monoblocks y detuvo a toda la familia y se le secuestró diez kilos de drogas, amas y 60.000 dólares. Por ese hecho Gustavo Córdoba, el mayor de los hermanos, recibió 7 años de prisión, Papupa 6, su padre dos y medio y su madre, un año.

Cuando salió, Papupa se dedicó a liderar a la barra de Gimnasia y a cometer otros delitos según su prontuario, ya que tuvo causas por tentativa de homicidio, robo a mano armada, usurpación de terrenos, venta de viviendas municipales y reparto de planes sociales cobrando un porcentaje de lo que debía repartir entre los beneficiarios. Con el poder del paravalancha y el terror que ejercía en Tolosa, todos los partidos políticos negociaron con él para sumar gente en los actos, armar campañas y tener votos. De ese poder parece provenir su impunidad porque a pesar de las innumerables veces que lo pusieron en la mira, milagrosamente siempre terminó zafando. De hecho, las causas por violencia en el fútbol, entre ellas la recordada apretada con armas de fuego al plantel de Gimnasia para que vaya a menos frente a Boca en 2007 para perjudicar a Estudiantes, también terminó en nada. El clan sufrió hace cuatro años la pérdida del hermano menor, Diego, en circunstancias que si bien tenían que ver con temas de drogas, nadie investigó demasiado, y los Córdoba siguieron adelante con su vida, sumando causas en el 2018 que también terminaron archivadas.

Pero ahora su suerte podría estar echada. Aunque en la celda donde espera saber si lo procesan o le dictan la falta de mérito, él le rinde culto a su santo patrono, el mismo que ocupaba cada rincón de su casa, ese del que no quiere escapar porque quizá sus destinos está unidos: San La Muerte. Aunque algunos dicen que hay otros no tan santos vinculados a la policía y la política que han sido devotos suyos y también podrían darle una mano una vez más. Aunque en la Justicia afirman que esta vez hay demasiadas pruebas para que las plegarias de Córdoba sean escuchadas. 

fuentes: Infobae.

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