El Segundo Juzgado Penal Colegiado de San Rafael resolvió este viernes conceder la prisión domiciliaria a Julieta Silva, condenada en 2017 por la muerte de su exnovio, el rugbier Genaro Fortunato, y recientemente detenida por agredir a su entonces marido, Lucas Giménez.

El juez Claudio Gil fundamentó la decisión en las tareas de cuidado que Silva debe cumplir hacia su hija menor. La medida incluye el uso obligatorio de tobillera electrónica, debido a que la imputada incumplió previamente la perimetral que le prohibía acercarse a su hija mayor y a la actual pareja de su exesposo.

Silva fue arrestada el 25 de julio luego de que Giménez denunciara agresiones. La Policía constató lesiones en el denunciante —una escoriación y una tumefacción— y la fiscalía la imputó por “lesiones agravadas por el vínculo”. En primera instancia, había sido alojada en el Complejo Penitenciario de San Rafael, donde permaneció diez días por riesgo de fuga, según argumentó el fiscal Fabricio Sidoti.

En declaraciones posteriores a su detención, la acusada minimizó el hecho: “No fue más que una discusión. Esto con el tiempo se va a arreglar, lo que está pesando acá es mi nombre”, afirmó.

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