El ministro de Seguridad, Hugo Matkovich, dialogó este miércoles con Alerta Urbana e hizo referencia al caso del sargento de la Policía del Chaco que días atrás recibió una condena en suspenso por falso testimonio agravado en el marco de un caso de narcotráfico.

El funcionario hizo foco en que esta gestión apunta a la “autodepuración” de la fuerza y que no hay lugar para “elementos nocivos”.

“Nosotros somos implacables: policía que hace mal las cosas, policía que se va a la casa”, afirmó.

“Y no es que se va a la casa así nomás. Se va con una responsabilidad, si es civil con la exoneración o la cesantía; si es penal, detenido como tiene que ser”, remarcó.

Matkovich insistió en la autodepuración de la fuerza de seguridad provincial y dijo que los elementos nocivos “no van a echar por tierra todo lo bueno que se está haciendo”.

Al hacer mención al expediente del sargento Gerardo Ramos, el funcionario reconoció que se han hallado muchos casos de efectivos policiales corruptos “algunos en flagrancia, otros bajo investigación”. 

“Tanto la misma institución policial como el OCI (Órgano de Control Institucional)están trabajando precisamente para ir depurando la fuerza”, agregó.

“No podemos teñir con un manto de sospecha a una institución tan importante y tan valorada por la mayoría de la sociedad por aquellos elementos que han llegado para hacer negocios”, finalizó.

El caso Ramos

Gerardo Ramos, un sargento de la Policía del Chaco que trabajaba en la Comisaría Segunda, fue condenado a finales de octubre de 2024 a dos años de prisión en suspenso por falso testimonio agravado. 

El hecho se relaciona con el secuestro de 44 kilos de cocaína en la capital provincial en 2022.

El 1 de agosto de 2022, un mecánico llamado Luis Hermosa, cómplice de Ramos, denunció un robo en la comisaría. Este supuesto robo de una motocicleta condujo al hallazgo de la cocaína y a una serie de acusaciones entre policías. Ramos participó en un allanamiento posterior, afirmando haber encontrado la droga en la casa del supuesto ladrón.

Sin embargo, la investigación reveló que el robo fue una farsa para justificar el allanamiento y la incautación ilegal de la droga. La víctima del robo negó la presencia de testigos, contradiciendo la versión de Ramos y Hermosa.

El juez Juan Manuel Iglesias determinó que Ramos, como funcionario público, manipuló el procedimiento policial para encubrir el delito mayor. Su accionar fue categorizado como "dominio del hecho", ya que no sólo planeó sino que también dirigió la acción.

Hermosa fue considerado coautor funcional, ya que ambos actuaron en conjunto con un plan preestablecido. Su rol fue clave en la organización del marco de actuación que permitió la ejecución del delito.