Casi en el inicio mismo de la investigación Juan y Froilán Cuevas se convirtieron en sospechosos a raíz, primero, del testimonio de testigos y, después, por sus propias contradicciones e inconsistencias al brindar declaración. Los Cuevas eran dos hermanos conocidos por su estilo de vida rudimentario, así como también por su gusto excesivo por el alcohol, y ambos terminaron acusados de haber acuchillado al turista francés y tirado su cuerpo en una zona inhóspita.

Sin embargo, después de 10 audiencias de juicio y de escuchar el relato de 60 testigos, sólo Juan Cuevas fue condenado a 13 años de cárcel, mientras que su hermano resultó absuelto por el beneficio de la duda. Ninguno de los dos quiso hacer uso de las últimas palabras antes de escuchar la sentencia pero sí se dirigieron al tribunal en uno de los primeros días del debate y aseguraron que eran inocentes y que la policía los había forzado a confesar.

“Estamos aquí, nada nos parará en tu búsqueda. Te queremos. Patricia, Perrine y Claude”. Con esas palabras, leídas en español por su abogado, los padres y la hermana de Mathieu Martin expresaron desde Francia en ese mismo momento a través de una videoconferencia su desconfianza sobre el veredicto y el supuesto crimen de Mathieu.

La causa por la desaparición del turista francés se convirtió de esta manera en uno de esos casos excepcionales en los que se puede condenar a una persona por homicidio aún sin que se hubiese encontrado el cuerpo de la víctima. Para la Justicia hubo pruebas suficientes para sostener que Martin fue asesinado y que Cuevas fue el responsable, pero el veredicto no convenció a todas las partes. De hecho, ni la familia Mathieu cree en la culpabilidad del condenado.

Distinta es la postura de la familia de la víctima. Recientemente los padres de Mathieu, Claude y Patricia, estuvieron en el provincia de Jujuy para reimpulsar la búsqueda de su hijo. “La Justicia salteña acusó a estas dos personas. Uno fue liberado, que era hemipléjico y débil mental. Y el otro, tuvo 13 años de cárcel y nos preguntamos dónde está Mathieu. No creemos en ese juicio”, aseguró Claude Martin, según replicó el diario local El Tribuno.

Mathieu Martin tenía 32 años y viajaba por el mundo con su mochila al hombro y poco más que eso. “Era un chico muy inteligente que había recorrido muchos países, se había emprendido en viajar después de tener una enfermedad que le hizo como un click en su vida”, explicó una fuente cercana al entorno del joven desaparecido, en diálogo con TN. “Pero sabía que debía viajar con lo justo indispensable, ni siquiera tenía un teléfono celular”, agregó.

Por este motivo es que la comunicación del joven con su familia no era constante, aunque acostumbraba una vez por semana buscar algún ciber en el lugar donde estuviera para llamarlos y hacerles saber que estaba bien. El 8 de febrero de 2018 se comunicó con ellos, y esa fue la última vez que lo hizo.

En base a la reconstrucción, Martin partió el 8 de agosto de 2018 desde la ciudad jujeña de Tilcara hacia Iruya, en la provincia de Salta. El día 15 lo habrían visto en la zona de Peña Negra, un paraje ubicado a pocos minutos de distancia de Huacaloma, donde vivían los hermanos Cuevas.

“El itinerario que hizo Martin, casi hasta el lugar donde vivían los Cuevas, fue la única prueba sin discusión”, afirmó Tobio, el abogado que defendió a los hermanos, y con la misma firmeza cuestionó que después la Justicia hubiera basado la acusación en el testimonio de otra hermana de los Cuevas, discapacitada con sentencia. “Era una persona que casi no podía hablar por la discapacidad que tenía”, precisó.

Cuatro meses después de la desaparición de Mathieu los hermanos Juan y Froilán Cuevas fueron detenidos y en esa condición llegaron al juicio en noviembre de 2020.

“Mis hermanos saben lo que pasó con el francés”, habría sido la confesión de la hermana de los Cuevas, que colocó a Juan y Froilán en el centro de las sospechas. Según la versión oficial de ese momento, la joven habría manifestado que Martin había sido acuchillado y que su cuerpo lo habían descartado en el “chorro”.

El “chorro” es una cañada de 500 metros de profundidad “con paredes de laja”, “sedimentos que se mueven constantemente” y de “muy difícil acceso”, según describió el fiscal oportunamente. En ese sentido, la hipótesis apuntaba a que esos sedimentos taparon el cuerpo.

En el tercer día del juicio, un testigo complicó en particular la situación de Juan Cuevas al declarar que el acusado le había confesado el crimen una noche en estado de ebriedad. “Juan tiene mala macha, yo lo tomé cómo una pelotudes "

El fiscal Ramiro Ramos Osorio pidió 20 años de prisión para Juan y 12 para Froilán Cuevas, como coautores de homicidio simple en perjuicio de Martin. A su vez, la querella, a cargo de Matías Adet, no formuló pedido de pena por requerimiento de los familiares, que escribieron una carta en la que solicitaron saber la verdad y encontrar el cuerpo de Mathieu.

Por su parte, abogado defensor de los hermanos acusados, Pablo Tobio, pidió la absolución por el beneficio de la duda, mientras que la Asesora de Menores e Incapaces pidió la absolución lisa y llana de Froilán Cuevas, por su discapacidad.

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