Todo comienza cuando el sacerdote le pregunta en el altar al hombre si “viene a contraer matrimonio sin ser obligado, libre y voluntariamente”. El interpelado titubea y termina diciendo que no.

“¿Estás obligado entonces? No, le pregunté a él, no le enseñes”, responde el clérigo, retando a la novia por intentar coachear a su pareja. “¿Estás viniendo obligado a casarte?”, insiste el eclesiástico.

Para sorpresa de todos los presentes en la iglesia, el aludido responde afirmativamente. “Oh, qué capo. No hay matrimonio si estás obligado. Aquí lo vamos a terminar”, bromea el párroco.

Detrás de cámara, se escucha una voz que adjudica lo que estaba ocurriendo con el “nerviosismo” del momento. Haciendo gala de un histrionismo particular, el casamentero replica la misma pregunta a la mujer, que responde sin titubeos que si.

Intentando descontracturar la tensión que flotaba en el ambiente, el cura prueba distintos dialectos para preguntarle al novio si se está casando por deseo u obligación.

“¿Sos libre o sos obligado, che?”, lanza, imitando un argentino que deja mucho que desear. Finalmente, y para tranquilidad de todos los testigos de ese futuro matrimonio, el varón se declara como “libre”.

Como no podía ser de otra manera, el video se viralizó en menos de 24 horas y fue reproducido más de 7 millones de veces. “Le hubiera dicho que parpadee tres veces si iba obligado”, “Ha caído un soldado”, “Cómo lo terapeó el padre”, “Pueden ser los nervios”, “Hasta yo me confundo”, “Se dio cuenta a última hora”, “Pidió ayuda y después le dio miedo”, “Última opción para salvarse”, fueron solo algunos de los comentarios que coparon la publicación

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