La experiencia de Jennette McCurdy con la fama está atravesada por el control de su mamá Debra. La actriz, que protagonizó iCarly y actuó junto a Ariana Grande y Harrison Ford, recién pudo tomar conciencia de lo que vivió una vez que su progenitora murió por un cáncer terminal en 2013. En ese momento, Jennette renunció a la actuación y de a poco, pudo empezar a sanar.

En 2020 lanzó su unipersonal “Estoy contenta porque mi mamá murió”, en el que refleja la crueldad de su infancia y adolescencia con ironía. Ahora se anunció la preventa de su libro homónimo, en donde adapta su historia a este formato. Lo define como un material que expresa “resiliencia, independencia y la alegría de lavarte tu propio pelo”.

“Era importante para mí explorar el abuso emocional y psicológico que soporté durante mi tiempo como artista joven. Siento que no tenía las herramientas, el lenguaje o el apoyo necesario para hablar por mí misma en ese entonces, así que este libro es una forma de honrar esa experiencia y dar voz a mi antigua yo”, explicó en una entrevista que le dio a Nylon.

Los abusos que sufrió Jennette McCurdy por parte de su mamá
Jennette McCurdy tenía seis años cuando Debra la llevó por primera vez a un casting. Inesperadamente, su trabajo se transformó en el ingreso financiero más grande de la casa. Su mamá estaba obsesionada y haría todo lo necesario para convertirla en una estrella.

Y así, casi sin que se diese cuenta, fue como llegó el control absoluto sobre su vida: primero con una restricción de calorías en su dieta, después pesándola cinco veces al día y realizándole tratamientos de belleza caseros. “Tus pestañas son invisibles ¿Acaso crees que Dakota Fanning no las tiñe?”, le dijo cuando aún era una niña y no tenía ganas de tunearse. Pero ese sería solo el comienzo.
En octubre de 2021 pudo empezar a hablar acerca de todo lo que vivió bajo la sombra de Debra. Según relató, su mamá la bañó hasta los 16 años y también le practicó ella misma controles ginecológicos. El avance no estaba solamente sobre su cuerpo, sino que también arrasaba con la intimidad de una adolescente en construcción: tenía acceso a sus diarios íntimos y a los mails que le llegaban.
Además, el control sobre su dieta le disparó bulimia y anorexia, que padeció de manera grave al punto de desmayarse en la casa de un amigo y perder dientes por inducir el vómito con frecuencia. Hace poco contó que, durante esos años, también tuvo trastorno obsesivo-compulsivo y luchó contra una adicción al alcohol cuando diagnosticaron la enfermedad de su madre.

A partir de la muerte de Debra, ella pudo empezar a desarmar su historia. Y de a poco, fue encontrándose con más detalles que había normalizado, como tener casi a diario ataques de nervios en los sets de filmación donde trabajaba.

“Con su muerte, murieron muchas de sus ideas para mi vida. La actuación fue su propio viaje y uno difícil para mí, con seguridad”, reveló en un episodio del podcast de Anna Faris, donde detalló su pasado con la perspectiva de la adultez.

El trabajo de Jennette McCurdy
El rostro de Jennette McCurdy es muy conocido para los millennials de todo el mundo. El trabajo con el que alcanzó la máxima exposición fue con su protagónico en la serie iCarly, donde interpretaba a la mejor amiga de Carly, interpretada por Miranda Cosgrove, con quien conserva la amistad. Sin embargo, tuvo varios personajes antes de que llegue este éxito a su vida.
Apareció en Will & Grace, Zoey 101, Malcolm in the Middle, La Ley y el Orden, C.S.I y también en Sam & Cat, en donde obtuvo un nuevo protagónico en Nickelodeon junto a Ariana Grande. Un dato curioso es que cumplen años el mismo día, aunque la cantante es un año menor. Sin embargo, los fans señalaron que la relación entre ellas no se extendió en el tiempo.

Entre 2001 y 2016, Jannette participó en 20 películas. Es decir, más de una película por año durante una década y media. En Hollywood: departamento de homicidios actuó junto a Harrison Ford.

“Mi experiencia con la actuación es que estoy muy avergonzada de lo que hice en el pasado. Me siento insatisfecha con los roles que interpreté, que fueron de lo más cursi”, comentó sobre su éxito agridulce.

Y agregó: “A los 15 ya estaba avergonzada de los programas que hice entre los 13 y los 21 años. Mis amigos a los 15 no decían: ‘Oh, genial, estás en este programa de Nickelodeon’. Fue embarazoso e imagino que se puede tener una experiencia muy diferente con la actuación si estás orgulloso de tus roles”, explicó.

“Renuncié hace unos años para probar suerte escribiendo y dirigiendo, y me va muy bien. Inicialmente, no quería actuar, mi mamá me había puesto ahí”, aclaró sobre su alejamiento. De todos modos, confesó que no descarta volver a la actuación si es junto a un director que admire.

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