Miercoles
22 de Octubre de 2025
POLÍTICA
22 de octubre de 2025
El proyecto oficial pasa por la reducción de los los pisos convencionales y que se permita al empleador ajustar los sueldos en función de sus resultados.
El Gobierno nacional, a través del secretario de Trabajo, Julio Cordero, ratificó su compromiso de avanzar con una profunda reforma laboral que busca modernizar los convenios colectivos. La principal novedad es la creación de un sistema de "salarios dinámicos" guiados por la productividad y el desempeño de cada trabajador, rompiendo con la referencia tradicional de la inflación en las negociaciones paritarias. Esta iniciativa, que busca reducir costos y fomentar el empleo formal, fue consensuada con organismos como el FMI y el Tesoro de EEUU.
Sin embargo, la propuesta genera una fuerte preocupación sindical, que la interpreta como una "flexibilización laboral" encubierta. La desvinculación del salario de la inflación, en un contexto de precios crecientes, se traduciría en una institucionalización de la pérdida del poder adquisitivo para millones de trabajadores, trasladando el riesgo económico del empleador al empleado. La consultora Equilibra señala que el poder adquisitivo de los ingresos formales ya sufrió una contracción inicial del 19% respecto a los primeros meses de 2023.
El temor a la flexibilización es respaldado por las duras cifras del mercado laboral. Según datos del Centro CEPA, la cantidad de empleadores con personal registrado se redujo en 4.472 casos entre noviembre de 2023 y julio de 2025, mientras que la nómina de personal se contrajo en 88.460 puestos de trabajo (-2,7%). Los sectores más golpeados en términos de empleadores y pérdida de puestos fueron la Construcción y la Industria Manufacturera, señalando una crisis profunda en la actividad productiva.
El gremialismo, como ATE bonaerense, ya alzó la voz, denunciando que el Gobierno "presiona sobre los acuerdos paritarios" y que el salario es una "variable de ese ajuste" estructural. El contexto es sumamente delicado: el indicador de confianza para la industria manufacturera se ubicó en -23,2% en septiembre de 2025, lo que se suma a la caída del empleo y plantea una velada amenaza de que los telegramas de despido podrían intensificarse en las próximas negociaciones.