El presidente Javier Milei se prepara para la semana más importante de su gestión, con un nuevo viaje a Estados Unidos que tendrá como plato fuerte la reunión bilateral con su par republicano, Donald Trump, en la Casa Blanca. El encuentro se da en un contexto económico complejo para Argentina y luego de que el secretario del Tesoro, Scott Bessent, anunciara un auxilio financiero para el país.

La delegación presidencial, que incluye a la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, el ministro de Economía, Luis Caputo, y la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, partirá este lunes al mediodía en un viaje exprés a Washington. La reunión bilateral se concretará el martes en el Salón Oval, donde los equipos económicos avanzarán en los detalles y condiciones del auxilio económico que, según Bessent, incluye un swap de monedas por 20.000 millones de dólares, un crédito sin fecha ni monto confirmados, y la chance de que Estados Unidos compre bonos de deuda argentinos.

Este será el decimotercer viaje de Milei a Estados Unidos en lo que va de su gestión, en un intento por estrechar lazos con la nación que considera un aliado estratégico. No obstante, el presidente libertario deberá mantener el equilibrio diplomático, ya que la relación con China se tensó luego de que Bessent admitiera que Milei "está decidido a sacar a China de la Argentina".

La Embajada de China en Argentina difundió un comunicado oficial con fuertes críticas a las expresiones de Bessent, a las que calificó de “provocadoras” y que revelan “una mentalidad arraigada en los tiempos de la Guerra Fría”. Esta tensión se suma a la inestabilidad cambiaria y se produce en las vísperas de las elecciones legislativas nacionales del 26 de octubre, lo que añade una dosis de presión política al viaje presidencial.

El hermetismo sobre los detalles del acuerdo financiero es total, pero Milei se comprometió a ofrecer una entrevista televisiva a su regreso al país el próximo miércoles. Mientras tanto, la delegación libertaria se alojará en Blair House, la residencia oficial para jefes de Estado, a metros de la Casa Blanca, desde donde se espera que se defina el futuro del auxilio estadounidense.