Sabado
11 de Octubre de 2025
POLÍTICA
10 de octubre de 2025
El Ejecutivo mantiene distintas versiones sobre lo acordado con la administración de Trump y sus condicionantes estratégicos, como la cancelación del canje de monedas con Beijing.
La ayuda financiera de US$20.000 millones de Estados Unidos encendió una disputa interna en la Casa Rosada sobre el rumbo de la política exterior, especialmente en la relación con China. Las tensiones se hicieron públicas luego de que el Secretario del Tesoro de EE.UU., Scott Bessent, afirmara que el presidente Milei estaba "comprometido con sacar a China de su país", sugiriendo el fin del swap de divisas con Beijing.
Sin embargo, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, se desmarcó de esa postura, asegurando en declaraciones radiales que no cree que "una parte del acuerdo sea excluir a China de la Argentina". Esta declaración generó turbulencias, ya que choca con la dirección de las conversaciones que mantuvieron el ministro de Economía, Luis Caputo, y el asesor presidencial, Santiago Caputo, con interlocutores de Washington.
Las versiones encontradas abarcan desde los condicionamientos estratégicos sobre la base china en Neuquén y el Radio Telescopio en San Juan, hasta la influencia interna. Francos ya había criticado la semana pasada la injerencia de asesores que "no tienen responsabilidad de gestión" pero que "están tomando decisiones", en clara alusión a Santiago Caputo, alimentando las pujas entre su equipo y el de la secretaria general, Karina Milei.
La división se remonta al último viaje presidencial a Nueva York y la posterior negociación con Donald Trump. La existencia de "marchas y contramarchas" en el Gobierno refleja la dificultad para unificar una postura que satisfaga las demandas de respaldo financiero de Estados Unidos sin dinamitar los acuerdos económicos y comerciales estratégicos preexistentes con China.