El gobierno de Javier Milei resolvió que Argentina no renovará su candidatura para integrar el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, rompiendo así con una participación constante en el organismo desde la recuperación democrática. La decisión fue confirmada por fuentes oficiales de la Casa Rosada y notificada al representante argentino ante la ONU, Francisco Tropepi. 

Esta medida se enmarca en una política exterior que busca recortar la presencia del país en agencias internacionales. En febrero, el Ejecutivo ya había adoptado una postura similar al desvincularse de la Organización Mundial de la Salud (OMS). 

El Consejo de Derechos Humanos de la ONU, con sede en Ginebra, es el principal foro internacional para el debate y seguimiento del cumplimiento de los estándares de derechos humanos en el mundo. La salida de Argentina representa un cambio significativo en su política exterior y diplomática. 

Fuentes cercanas al Ejecutivo indicaron que esta decisión busca “alinear la representación internacional con las prioridades del nuevo gobierno”, aunque expertos advierten que podría debilitar la voz del país en discusiones clave sobre derechos humanos. 

El impacto real de esta decisión dependerá de cómo se reposicione Argentina en otros espacios multilaterales y del rumbo que adopte la política exterior en los próximos meses. 

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