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ACTUALIDAD
1 de agosto de 2025
El presidente Milei desató un show en un canal de streaming
Javier Milei ya no necesita el atril de Casa Rosada ni el Congreso para ejercer la presidencia: le basta con un estudio de streaming, un muñeco de ventrílocuo y una laptop para firmar decretos en vivo. En una escena digna de sátira política, el presidente argentino interrumpió la entrevista con Alejandro Fantino en el canal Neura para firmar, a cámara y sin aviso, un decreto presidencial. “Y sí man, laburo de presidente”, explicó, como si estuviera contestando un meme en X (Twitter).
Pero la firma del decreto fue apenas uno de los momentos surrealistas de una noche que combinó circo, ajuste y guerra interna. Milei ofició también de ventrílocuo con un muñeco llamado "Termin", al que le hizo repetir lecciones de economía libertaria sin mover la boca. Entre definiciones de inflación y ataques al keynesianismo —al que tildó de "para políticos corruptos"— el presidente terminó ofreciendo un show político en clave de stand-up neoliberal, con Fantino como testigo atónito y el país mirando desde el otro lado de la pantalla.
Lo más llamativo, sin embargo, fue lo que vino después. Tras regresar de su impasse para firmar el misterioso decreto (cuyo contenido se negó a revelar), Milei apuntó con artillería pesada contra su vice, Victoria Villarruel. Esta vez, la acusó directamente de haber "habilitado una corrida" que llevó al dólar a los $1380. La acusó de traición y de haber facilitado una sesión legislativa "ilegal" que, según él, vulneró el equilibrio fiscal.
El mensaje fue claro: en el mundo de Milei, el Banco Central está “en modo mudanza”, la inflación “va a desaparecer en 2026”, pero la crisis cambiaria tiene nombre y apellido: Victoria Villarruel. El enfrentamiento entre los dos principales cargos del Ejecutivo argentino ya no se cocina a fuego lento: se sirve caliente y en streaming, con acusaciones abiertas y contradicciones incluso con el propio ministro de Economía, Luis Caputo, quien poco antes había hablado del “riesgo K” y de la flotación cambiaria como las verdaderas causas de la suba del dólar.
Que el presidente use un espacio de entretenimiento para acusar a su vice de provocar una corrida cambiaria no es una rareza más, sino una señal de descomposición institucional. El mandatario ya no coordina con su gabinete, se contradice con sus ministros y no reconoce límites a la hora de confrontar públicamente con su compañera de fórmula.
El streaming de Neura también sirvió para confirmar las ambiciones reeleccionistas de Milei: “Voy a ser reelecto en 2027”, lanzó sin dudar, como si la crisis económica y las tensiones institucionales no afectaran su horizonte político. Lo dijo con tono mesiánico, en el mismo tono con que promete eliminar la inflación el año próximo, en una suerte de remake libertaria del "segundo semestre".
Milei
Este tipo de apariciones no son espontáneas. Forman parte de una estrategia de Milei para mantener el centro de la escena política fuera de los canales tradicionales, saltando la intermediación de los medios y del Congreso, y apelando directamente a su público fiel. Pero ese estilo de liderazgo tiene un costo: desinstitucionaliza la función presidencial, licua responsabilidades y convierte decisiones de Estado en episodios virales.
Lo que pasó en Neura no fue una simple entrevista. Fue una performance presidencial con ribetes tragicómicos: un presidente que hace de ventrílocuo, firma decretos al aire sin explicar su contenido, ataca a su vice y vende estabilidad económica como si fuera un show de stand-up. Una escena que mezcla la posverdad con el delirio performático, mientras el dólar se dispara y el país mira, perplejo, cómo el poder se descompone entre memes, títeres y decretos electrónicos.
Lo que quedó en evidencia es otra cosa: que la Argentina tiene un presidente que ha decidido gobernar como un influencer, medir el poder por likes, y que encuentra en el caos un combustible adictivo. Solo que ese caos ya no se queda en el estudio: impacta en el bolsillo, en la moneda y en la gobernabilidad. Y esa sí es una señal de alarma.