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1 de Mayo de 2025
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1 de mayo de 2025
Un informe privado demostró que el 30% de los argentinos en edad de trabajar tienen empleo. El 21% de ellos accede a un empleo de calidad, según datos de un relevamiento privado.
En el marco del Día del Trabajador, un informe especial reveló cuáles son los tres desafíos críticos que enfrenta el mercado laboral argentino. Según datos del cuarto trimestre de 2024 de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) que elabora el INDEC, solo 1 de cada 3 argentinos en edad de trabajar tiene un empleo, y apenas el 21% de ellos accede a un empleo de calidad.
El trabajo realizado por el Instituto para el Desarrollo Social Argentino (IDESA), demostró que uno de los principales problemas del mercado del empleo argentino es la legislación laboral, que desalienta la contratación formal. Además advirtió por los problemas de un sistema educativo de baja calidad que afecta la formación y preparación de los futuros trabajadores.
De acuerdo al estudio de IDESA, hay tres desafíos centrales que el mercado laboral argentino debe enfrentar para mejorar su situación: la cantidad de personas en condición de trabajar; las condiciones del empleo; y los salarios.
¿Cuántas personas forman parte del mercado laboral? Según la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del cuarto trimestre de 2024, la población urbana en edad de trabajar en Argentina es de 18 millones. De ellos, 13 millones (73%) integran la Población Económicamente Activa: 12 millones tienen empleo y 1 millón busca trabajo.
Los 5 millones restantes (27%) están inactivos, ya sea por falta de incentivos o por dedicarse a actividades como el estudio. En total, 1 de cada 3 argentinos en edad de trabajar no trabaja.
En cuanto a las condiciones de trabajo, de las 18,6 millones de personas en edad de trabajar, solo 4 millones acceden a un empleo de calidad, ya sea como asalariados privados formales o cuentapropistas profesionales. Esto representa apenas el 21% del total. En contraste, 6,2 millones tienen trabajos de baja calidad y más de 5 millones están directamente fuera del mercado laboral.
La foto es clara: apenas 1 de cada 5 adultos en edad de trabajar logra insertarse en ocupaciones de calidad, mientras que el resto enfrenta formas más precarias de inserción laboral o directamente la inactividad.
Finalmente, en lo que respecta a los salarios, la pregunta es ¿cuánto ganan los trabajadores? En un contexto de estancamiento productivo y alta inflación, los ingresos laborales en Argentina han sufrido una pérdida sostenida de poder adquisitivo. Entre enero de 2019 y enero de 2025, el salario real de los trabajadores registrados en el sector privado cayó un 9%, mientras que el de los informales se desplomó más de un 25%. Esta caída, que atraviesa todo el mercado laboral, dejó a la mayoría de los trabajadores con ingresos reales en niveles históricamente bajos, más allá de las diferencias sectoriales o de régimen laboral.
Además de la caída en los ingresos, otro problema que se observa es la marcada desigualdad según el tipo de empleo. Al comparar los ingresos de un asalariado privado registrado con los de un trabajador informal, se observa que, por cada 10 pesos generados en el empleo formal, el informal produce apenas 5. Esta brecha refleja la profunda desigualdad del mercado laboral y limita las posibilidades de progreso. Además, los cuentapropistas con formación profesional se ubican en la cima de la escala salarial, lo que confirma que la educación superior no solo facilita el acceso al empleo, sino que también permite alcanzar mejores ingresos.
Radiografía del mercado laboral argentino: las trabas para el desarrollo
Tras el detalle de los tres desafíos para el mercado laboral que diagnosticó IDESA en su informe, cabe destacar también los inconvenientes que generan trabas para el desarrollo del empleo y sus condiciones.
Estos problemas (inactividad, precariedad laboral y desigualdad salarial) tienen un origen común: la falta de empleos productivos. Esto se debe a reglas laborales que desalientan la contratación genuina y protegen intereses corporativos y burocráticos más que a los trabajadores.
Las trabas principales son:
Legislación laboral: Altas cargas sociales, convenios colectivos anacrónicos diseñados para grandes empresas pero aplicados a un universo diverso de firmas con distinta escala y productividad, sumado a la incertidumbre judicial y la burocracia excesiva, desalientan la creación de empleo formal en las pymes.
Sistema educativo: La baja calidad educativa golpea la empleabilidad. Esto se explica, en parte, por una gestión del sistema que prioriza los intereses de los sindicatos docentes por sobre el mérito y la calidad.
Décadas de degradación institucional y malas políticas explican el estancamiento del mercado laboral. Sin una reforma profunda del sistema educativo y laboral, no será posible revertir la falta de empleo productivo ni impulsar un progreso social verdadero.
Fuente: Ámbito.