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1 de Mayo de 2025
ACTUALIDAD
1 de mayo de 2025
El análisis de Gustavo Olivello sobre el segundo debate preelectoral.
Por Gustavo Olivello
Presencié el reciente debate entre candidatos legislativos, y debo decir que, en comparación con el anterior, el clima fue visiblemente más distendido. Los postulantes se mostraron más tranquilos, incluso relajados. Sin embargo, más allá de las formas, lo que preocupa —y mucho— es el fondo.
Estamos recibiendo recortes, extractos, frases sueltas y gestos que muestran el verdadero rostro de algunos candidatos. Quienes no sabían quiénes eran, ahora los conocen. Para bien o para mal. Y es hora de decirlo con claridad: ya no necesitamos más cacareos, ni provocaciones, ni chicanas. El electorado no quiere ver más gallitos de riña, sino escuchar propuestas concretas.
Porque sí, ya sabemos quiénes son. Sabemos qué hicieron y, sobre todo, qué no hicieron. De quienes eran desconocidos, ya tenemos una idea. Y con eso basta. El camino no pasa por la confrontación estéril, sino por la empatía real. Por escuchar lo que se vive en las calles, lo que sufre la gente todos los días. Ya no alcanza con marketing ni con promesas. La política convertida en show ya nos cansó.
La sociedad está reclamando respuestas. Verdaderas. No es novedad que la tarifa de la luz se ha vuelto impagable para muchos. Que si bajó el precio del combustible, los alimentos aumentaron al doble. Que el dólar sube y baja, pero el ciudadano común ni lo ve: no tiene ni pesos en el bolsillo. La mayoría de la población ya no es “clase media”: es clase golpeada, empobrecida, silenciada.
Mientras tanto, la dirigencia política —salvo honrosas excepciones— vive encapsulada en una burbuja de confort. Tienen “gastos reservados”, mientras el resto de la sociedad se reserva hasta de gastar en lo más básico. Esa desconexión es una bomba de tiempo.
La conclusión es tan clara como dolorosa: si de verdad les importa el pueblo, no mientan. No roben. No dilapiden la confianza que se les ha dado una y otra vez a través del voto. Muchos ya sufrieron el escarmiento en las urnas, pero ni siquiera lo reconocen. Si los actuales gobernantes no quieren atravesar lo mismo, que se acerquen al pueblo. Pero de verdad. No solo para la foto en época electoral.
¿Quieren saber cuál es la verdadera realidad social? Pasen solo 24 horas en la piel de quien no sabe si podrá comer, o si sus hijos lo harán. Tal vez así recuperen algo de humanidad.
Ah, y recuerden: al final, todos sus gastos de campaña, sus publicidades y sus escenografías, las paga el ciudadano. Ese mismo al que ignoran salvo en campaña.
El mejor consejero, señores políticos, es el pueblo. Escúchenlo. Antes de que sea tarde.