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1 de Abril de 2025
ACTUALIDAD
30 de marzo de 2025
Carlos Gallino Yanzi, Horacio Antonio Pozo y Eduardo Braun Billinghurst recibieron penas en régimen semiabierto por el homicidio ocurrido en enero de 2006.
La Justicia de Brasil condenó esta semana a los tres ciudadanos argentinos acusados del crimen de Ariel Malvino, ocurrido el 19 de enero de 2006 en la playa de Ferrugem, estado de Santa Catarina.
Se trata de Carlos Andrés Gallino Yanzi, Horacio Antonio Pozo y Eduardo Braun Billinghurst, a quienes el Tribunal de Jurado del distrito de Garopabae encontró culpables del delito de lesiones corporales seguidas de muerte. Así lo informó el Poder Judicial de Santa Catarina a través de un comunicado, en el que se agregó que las penas establecidas para los tres totalizan 21 años de prisión en régimen semiabierto.
Malvino, quien tenía 23 años, era estudiante de abogacía y residía en la Ciudad de Buenos Aires, fue asesinado durante sus vacaciones con amigos en la playa de Ferrugem. Allí, de acuerdo con la acusación, los tres condenados, oriundos de la provincia de Corrientes, participaron de una pelea generalizada entre veraneantes en la zona.
La víctima se encontraba observando el enfrentamiento, hizo un comentario crítico sobre la violencia de algunos turistas argentinos en el exterior. Ese dicho molestó a dos de los acusados, que comenzaron a agredirlo: uno de ellos le dio un golpe que hizo que cayera y golpeara la cabeza contra el suelo. Luego, el tercer imputado aprovechó que ya estaba inconsciente y le arrojó una piedra de 17,5 kilos en la cabeza, prosigue el comunicado judicial.
Según testigos que declararon ante la policía brasileña, fueron Gallino Yanzi y Pozo quienes lo atacaron a golpes, mientras que a Braun Billinghurst lo identificaron como el agresor que le arrojó la piedra cuando ya estaba en el suelo.
La víctima murió en el lugar. Un peritaje determinó que la causa de la muerte fue un traumatismo craneoencefálico provocado por energía mecánica y un objeto contundente. Luego del hecho, los tres acusados abandonaron Brasil y regresaron en auto a Corrientes.
El Consejo de Sentencia degradó la imputación inicial a homicidio en grado de tentativa, lo que transfirió la competencia a un juez único, quien dictó la condena por lesiones con resultado de muerte.
El Poder Judicial señaló que el proceso se extendió debido a que tanto los acusados como muchos testigos eran extranjeros, lo que generó la necesidad de emitir comisiones rogatorias y provocó dilaciones en los plazos procesales.
El debate también fue demorado por la pandemia de COVID-19. En enero de 2021, el juzgado a cargo del expediente ya se encontraba digitalizando los tramos principales de la causa con vistas a la realización del juicio oral. En ese entonces, Alberto Malvino, padre de la víctima, explicó a la agencia Télam que, aunque la situación sanitaria dificultaba el panorama, esperaba que se llevara a cabo ese mismo año.
“El Juzgado de Santa Catarina está digitalizando las partes más importantes de la causa, con lo cual, pandemia mediante, estimamos para este año el juicio oral”, había dicho.
La familia de Malvino también detalló que los acusados habían apelado la elevación a juicio ante el Tribunal Superior de Justicia de Santa Catarina y ante la Corte Suprema en Brasilia, pero todas las apelaciones fueron rechazadas. En abril de 2016, la Sala I de la Cámara Federal de Casación Penal de Argentina declaró inadmisible un recurso extraordinario que buscaba anular las declaraciones indagatorias tomadas por exhorto.
En ese entonces, la citada agencia reconstruyó que Gallino Yanzi ya no residía en Corrientes sino en la provincia de Neuquén y estaba en pareja. Pozo, también en pareja y con dos hijos, si bien era veterinario, trabajaba en una empresa constructora de su familia.
Braun Billinghurst, por su parte, estaba casado, tenía dos hijos y dirigía junto a su hermano una empresa de venta de maquinaria pesada. Su madre, Nidia Billinghurst, se había convertido en jueza de la Cámara de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo de Corrientes.
A lo largo de los años, los imputados mantuvieron una actitud hermética frente a la prensa y escasa actividad en redes sociales.