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NACIONALES
21 de febrero de 2025
El Gobierno nacional busca reducir costos y modernizar la entidad, pero aún no define el alcance del recorte.La transformación en sociedad anónima allana el camino para su eventual privatización.
El Banco Nación enfrenta un proceso de transformación que podría implicar el cierre de sucursales y la reducción de su plantilla, aunque los detalles aún no han sido definidos. Tras el decreto presidencial que convirtió la entidad en una sociedad anónima, el Gobierno estudia un plan de reestructuración con el objetivo de mejorar su eficiencia y reducir costos. La primera fase de este ajuste se enfocará en municipios con tasas impositivas elevadas, donde podrían cerrarse algunas oficinas para reducir gastos operativos. A pesar de la incertidumbre, las autoridades del banco, encabezadas por Daniel Tillard, continuarán en sus funciones.
Los despidos y clausuras de sucursales no fueron mencionados expresamente en el decreto firmado por Javier Milei, pero fuentes oficiales aseguran que forman parte del plan de reorganización. El Ejecutivo sostiene que el Banco Nación necesita una modernización que incluya ajustes en su estructura operativa, lo que podría traducirse en recortes en distintas provincias. Si bien aún no hay fechas concretas para la implementación de estas medidas, la intención es ejecutarlas antes de que el Congreso trate la privatización de la entidad, un paso que sigue en la agenda gubernamental.
La estrategia del oficialismo para reformar el sector público ha avanzado con la conversión de varias empresas estatales en sociedades anónimas, aunque hasta el momento solo se ha autorizado la privatización de ocho. En este contexto, el Banco Nación se encuentra en un proceso de evaluación que contempla la reducción de costos y la optimización de sus servicios. La eliminación de sucursales en localidades con impuestos elevados se perfila como una de las primeras acciones, afectando especialmente a la provincia de Buenos Aires y a otras ciudades del interior del país.
El sindicato bancario, liderado por Sergio Palazzo, ya ha manifestado su rechazo a cualquier intento de ajuste en la entidad, calificándolo como una “estafa”. Mientras tanto, el Gobierno avanza con la revisión de balances y reglamentos para definir el futuro de la institución. Aunque el Banco Nación no es una empresa deficitaria, los funcionarios sostienen que ha perdido el foco de su actividad y que su reestructuración es clave para su sostenibilidad a largo plazo. La incógnita sigue siendo el alcance del recorte y la reacción que podría generar en las comunidades afectadas.