El crimen de Paloma Gallardo (16) y Josué Salvatierra (14) en Florencia Varela conmocionó a toda la comunidad. Sus cuerpos fueron encontrados en un descampado en Bosques. Los mataron a golpes. Pese a que la Justicia investiga el caso como un homicidio para ocultar un robo, la familia del joven cuestiona esta hipótesis.

Los adolescentes eran intensamente buscados desde el jueves 30 de enero y la peor noticia llegó el sábado. La causa quedó en manos del fiscal Hernán Bustos Rivas, titular de la UFI N°5 de Florencio Varela.

Debido a que los menores no contaban con sus objetos personales, la hipótesis de la Justicia es que el doble crimen fue para robarles una mochila, los celulares y algo de plata.

Sin embargo, Carlos Dieguez, el abogado de la familia Salvatierra rechazó esta idea y planteó otra teoría durante un diálogo con Telefé Noticias. “Entiendo que esto no es un robo”, comenzó diciendo el letrado.

“Nosotros estamos de tratando de recolectar la prueba que venimos recibiendo por parte de los testigos, de familiares, de amigos, de vecinos, estamos viendo la posibilidad de otra hipótesis diferente”, argumentó. 

“Se roban 2.400 celulares por hora en la Provincia de Buenos Aires, ¿en cuántos casos matan a las víctimas para sacarle el celular? no llega al 0,1% de los casos“, explicó.

De esta manera, Dieguez recordó que la zona en donde fueron encontrados los cuerpos es un lugar de narcomenudeo. Así, aseguró: “La evaluación que nosotros hacemos es que la teoría del caso es que los chicos vieron algo que no debían ver”.

Según su reconstrucción del hecho, los adolescentes se habrían encontrado “con algo que no debían encontrarse” en el camino y “a lo mejor, han querido hacer un video de esa situación y ahí son perseguidos e interceptados y, posteriormente, asesinados”.

De acuerdo con los resultados de las autopsias realizadas sobre los cuerpos de los adolescentes, el cuerpo de Paloma no presentaba lesiones de abuso ni defensivas. Incluso, fue hallada boca abajo, por lo que no se descarta que la hayan sorprendido con el golpe en la cabeza. Josué sí se resistió al ataque antes de recibir los piedrazos en el cráneo.

Tras el hecho, los investigadores comenzaron a desandar el camino que realizaron hasta llegar a ese sitio, ubicado a pocos minutos a pie de sus casas y con la característica de ser poco concurrido.

Los detectives determinaron que los dos jóvenes solían frecuentar ese “campito” para encontrarse a solas, un lugar donde también pernoctaban algunas personas y donde ciertos delincuentes se ocultaban o descartaban objetos robados. Esta conclusión surgió tras analizar sus conversaciones, pese a que no tenían acceso a sus celulares en las primeras horas de la desaparición.

Así, gracias a las cámaras de seguridad de la zona recolectadas, la Justicia pudo establecer cómo fueron los últimos momentos con vida de los adolescentes.

Los jóvenes fueron vistos por última vez cruzando las vías del Ferrocarril Roca, a la altura de la Avenida Calchaquí. Antes de eso, a las 18:13, una cámara los registró cerca del puente de Bosques, delante de un colectivo en movimiento. La secuencia comienza a las 18:05 del 30 de enero, cuando una cámara particular capta su paso por una esquina en una zona residencial, cerca de sus hogares, ubicados a solo una cuadra de distancia.

Las grabaciones contradicen el testimonio de una persona que afirmó haber visto a una pareja subir a “un auto rojo” en una plaza de Marcos Paz y Cramer, un lugar que los jóvenes solían visitar.

Mientras buscan identificar al o los responsables del doble crimen, los investigadores recorren las casas cercanas realizando “timbreos” en busca de testigos que puedan aportar información. También intentan obtener imágenes que ayuden a esclarecer el caso, tal como ocurrió cuando hallaron a los adolescentes.

Fuente: Infobae.