La autopsia al cuerpo de Andrea Rojas Murillo determinó que murió por ahorcamiento sin otro tipo de lesión. La mujer tenía 53 años y fue encontrada muerta en la casa del guitarrista de Virus, Julio Moura.

En las últimas horas, el músico declaró y sostuvo que su pareja murió durante una práctica sexual sadomasoquista. La causa se caratuló en principio como “averiguación de causales de muerte” y está a cargo de la investigación del fiscal Gonzalo Petit Bosnic.

Según el parte policial, los efectivos llegaron al domicilio de las calles 419 y 131, en Villa Elisa, tras ser alertados sobre “la muerte de una mujer en el interior de una vivienda”.

Una vez en el lugar, los policías se entrevistaron con Lucía Castelli, expareja de Moura, quien sostuvo que él “la había llamado por teléfono para contarle que su novia estaba en la casa fallecida, por lo que decidió trasladarse al lugar y en el camino llamó al SAME y al 911″.

Al inspeccionar la escena, los investigadores encontraron látigos, objetos sexuales, alcohol y restos de drogas.

Además, detallaron que el cuerpo de Andrea estaba tirado en el living de la casa, con una soga alrededor del cuello atada a un tirante del techo. En este contexto, se cree que “algo salió mal” durante una práctica sexual sadomasoquista y la mujer murió asfixiada por accidente.

Con los resultados de la autopsia, esta hipótesis podría cobrar fuerza en el caso, ya que los peritos no encontraron lesiones que indicaran que Rojas Murillo haya opuesto resistencia o que haya sido amenazada bajo la fuerza.

Si bien el informe coincide con el testimonio de Julio Moura -que por el momento permanece en libertad-, el fiscal Petit Bosnic aún deberá analizar los celulares y otras pruebas que ya están a disposición de la Justicia.

¿QUIÉN ERA?

Andrea Rojas Murillo tenía 53 años y era chilena. Nacida en Villarrica, ciudad al sur del país trasandino, se instaló durante unos días en La Plata por un amor que nació de la admiración: su pareja era Julio Moura, guitarrista de Virus.

Su perfil en redes sociales demostraba que, desde hace años, era fanática de la banda y sus integrantes, fundamentalmente de Federico Moura, cantante del grupo que murió en 1988, a los 37 años y en pleno apogeo artístico: contrajo el virus VIH en una época en la que aún no había tratamientos efectivos contra la enfermedad.

Rojas era artesana y tenía un emprendimiento de velas, trabajos florales y cuadros botánicos al que había bautizado Velas Savoy. Era, también, fanática de los animales, fundamentalmente de los gatos y los perros. Sus redes exhiben varias fotos con sus mascotas.