Domingo
10 de Noviembre de 2024
12 de octubre de 2024
El crimen de Luciana Moretti conmocionó a Ingeniero White en octubre de 2004. El femicida, Pablo Cuchán, fue condenado. Desde la cárcel contactaba mujeres por Tinder. Agotó su pena en 2021 y actualmente está preso por otra causa.
Luciana había sido asesinada, descuartizada y quemada en una parrilla. A tal punto la habían ultrajado que fue el dentista que la atendía desde que era chica el que pudo identificar sus restos. “Lo que tuve que ver no fue para nada grato. Los arreglos en las piezas dentales de ese cráneo se corresponden con los que le hice a Luciana Moretti. Lo lamento muchísimo”, dijo ante las cámaras el profesional.
En medio de la conmoción que causó el crimen, el análisis de los registros telefónicos aportó la primera pista firme en la investigación. Así se llegó al femicida: un joven llamado Pablo Cuchán que vivía a pocas cuadras de la casa de la víctima y con el que la adolescente mantenía una relación. Ante los jueces que lo juzgaron en 2007, el acusado negó haber matado a su novia. Dijo que había sufrido una sobredosis con cocaína, que él se asustó y por eso trató de incinerar su cuerpo.
“Luciana ya no era Luciana”, afirmó. La Justicia lo condenó entonces a 18 años de prisión, le rebajó la pena después a 17 y le otorgó la libertad condicional en 2016. “Mi deuda, entre comillas, ya la pagué. Sale un Pablo distinto. Maduré y crecí”, sostuvo Cuchán al abandonar el penal. Pero volvieron a detenerlo por violar las reglas para mantener el beneficio y siguió preso hasta que agotó la pena por el crimen de Moretti en 2021. La libertad, sin embargo, sólo le duró dos años y actualmente está detenido por una causa de amenazas y lesiones leves agravadas.
Luciana veía a Cuchán a escondidas porque a su mamá no le gustaba ese hombre. “Tenía la mirada de un asesino”, expresó después la mujer ante los medios, cuando la tragedia ya había caído sobre ellos. Así fue como, cuando él la llamó esa madrugada, la joven habló en voz baja y salió a su encuentro sin decirle nada a nadie. Y desapareció.
El trágico final que tuvo la joven se asomó recién el 24 de octubre de 2004 con el hallazgo casual de la pareja que caminaba por un terraplén. “Cuando el médico forense se acercó al lugar donde encontraron el cráneo determinó que era de una mujer y que era joven, dado aún no tenía las muelas de juicio”, detalló la letrada. Pero la confirmación llegó de la mano del odontólogo de la víctima. Entonces ya no quedaron dudas.