Se sabía que organizaciones piqueteras crecían al calor de recibir millones de fondos del Estado que no tenían control y que en algunos casos representaban retornos para quienes otorgaban esos dineros y eso generaba un repudio ciudadano. Se movían con impunidad, tanta que hasta creyeron que podían matar y hacer desaparecer una persona y todo seguiría igual.

Emerenciano Sena fue uno de los primeros piqueteros que parió la crisis de 2001. Junto con su mujer Marcela Acuña acumularon fortunas para la construcción de viviendas y obras, dinero que llegaba del Estado del cual eran socios porque participaban de su frente político.

Para 2023 el clan Sena pensaba presentarse a elecciones, tenía en standy by una denuncia por trata de personas cuando construyeron viviendas mediante el programa Sueños Compartidos pero el hijo del matrimonio, César hizo que la historia tenga un viraje.

El 2 de junio ingresó al domicilio de sus padres de Santa María de Oro al 1400 junto con Cecilia Strzyzowski, una joven con la que se había casado pero era un matrimonio sin la bendición de Emerenciano y Marcela.

Cecilia había dicho a su familia que emprendería con César un viaje al sur para una oportunidad laboral. Nada se supo de ella en los días posteriores, César fue llamado a declarar y dijo que “habían tenido una discusión y se fue de la casa” y una semana más tarde, el 9 de junio detuvieron en su casa a Marcela y Emerenciano.

Poco después fue puesto tras las rejas César y el grupo de colaboradores más cercanos del clan acusados de encubrimiento del femicidio.

Chaco se inundó de medios nacionales, se hicieron marchas multitudinarias pidiendo justicias y la sociedad condenó la estrecha relación de quienes gobernaban la provincia en ese entonces con los Sena a punto tal que eran parte de una de las propuestas que tenía el frente gobernante para las elecciones del año pasado. Para mucho, este hecho fue uno de los determinantes del resultado electoral que terminó con 16 años de gobiernos justicialistas en Chaco.

El cuerpo de Cecilia fue trasladado hasta la zona conocida como Campo Rossi, donde el clan tenía un criadero de chanchos. La hipótesis más firme es que allí fue calcinado y los restos luego arrojados a un río cercano.

La investigación y la causa avanzaron, el clan se refugia en su “inocencia” porque el cuerpo nunca se encontró y los restos que se hallaron tampoco se pudieron determinar si son de humanos. Hoy, César es el principal imputado por el femicidio y sus padres son acusados de participes necesarios. De ser considerados culpables por el jurado popular serán condenados a prisión perpetua. Los otro cuatro acusados están apuntados por encubrimiento agravado: Gustavo Obregón y Fabiana González, manos derecha de los Sena y Gustavo Melgarejo y Griselda Reinoso, el casero y su esposa del campo en el que se estima se quemó el cuerpo de la joven.

La sociedad ya dio se veredicto respecto del caso. Acompañó desde el minuto cero a la familia de la joven con su madre a la cabeza, Gloria Romero, en el pedido unánime de justicia. No solo para los Sena la investigación tiene cabos sueltos y no hay demasiado para condenar a todos los acusados. Habrá que esperar lo que decida el jurado popular en un juicio que espera por su fecha pero que difícilmente sea este año.

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