Claudia, la esposa de un policía chaqueño, habló este jueves con el programa Alerta Urbana y relató las penurias económicas que atraviesa su familia y las dificultades que con su marido tienen para afrontar la alimentación de sus hijos, el alquiler de la vivienda que habitan, los servicios y otros gastos diarios.

“En casa comemos carne solo una vez por semana", aseguró la mujer, quien señaló que entre la mercadería y el pago del alquiler se va gran parte del sueldo de su marido.

“Él cobra aproximadamente 340 mil pesos por mes y de alquiler nomás ya tenemos 120 mil pesos más lo que se va en mercadería, pañales y 8 mil más o menos de la boleta de la luz”, describió Claudia.

La mujer comentó que actualmente está desocupada y que tienen dos hijos: uno de ellos en sexto grado de la Escuela Primera y un bebé.

La familia vive en una casa ubicada en el barrio 7 de Mayo, ubicado en la zona Sur de Resistencia, detrás de los terrenos que pertenecieron al Movimiento Emerenciano.

“Con la escolaridad pudimos comprar solamente un block de hojas porque el más grande ya usa carpeta”, dijo Claudia respecto de los 15 mil pesos que el gobierno pagó a los padres por una sola vez en concepto de ayuda escolar por inicio del ciclo lectivo.

“Nos vivimos cuidando de comprar esto o lo otro; la prioridad son los chicos y obviamos las cosas que son para nosotros”, aseguró.

La mujer contó que una compra de 80 mil pesos en mercadería (“leche, pañales,fideos, arroz, azúcar, harina”) dura entre diez y quince días y que pasado ese lapso hay que reponer el stock de alimentos.

En cuánto a la escuela, dijo que para su hijo mayor debieron “reciclar” todo lo del año pasado: mochila, ropa, zapatillas y hasta algunos útiles.

“La última vez que salimos a comer afuera habrá sido en diciembre, con el aguinaldo; no podemos endeudarnos tampoco porque sino cómo pagamos la tarjeta el mes que viene”, agregó.

“Mi esposo trabaja doce horas y hace adicionales de seis horas; los ve apenas un ratito a los chicos y ya tiene que irse a dormir para poder ir a trabajar, esta es la vida que llevamos”, afirmó.

“Ahora que se viene el invierno, mi marido tiene solamente la ropa que usa todos los años y una chomba que le dieron en abril del año pasado; no tenemos para comprar ropa nueva y va a tener que usar la campera que es suya y no es parte del uniforme”, finalizó.