Lunes 2 de Junio de 2025

Hoy es Lunes 2 de Junio de 2025 y son las 10:43 - ALERTA URBANA ...DE LUNES A VIERNES DE 09 A 13 POR FM GUALAMBA 101.3 MHZ.- LO QUE TENES QUE SABER ESTA EN ALERTA URBANA

26/03/2025

Mondongo según Llinás: tres películas, una dura crítica al arte contemporáneo y “el fin de una amistad”

Fuente: telam

El director argentino estrenó “Tríptico de Mondongo”, encargado por Arthaus. En el medio, se peleó con los artistas luego de una relación de años y eso derivó en una desbocada y fascinante experimentación

>“Esta es una película sobre el fin de una amistad”. ¿Lo es? ¿Qué significa eso? Empecemos. El tríptico de Mondongo, dirigida por Mariano Llinás, es una obra divida en tres partes. Podría ser una serie de tres capítulos, un film largo —en 2018 Llinás estrenó La flor, de casi catorce horas de duración— o directamente tres películas autónomas que forman una saga. Pero su exhibición es así, en bloque: Mondongo: el Equilibrista (73 minutos), Retrato de Mondongo (124) y Kunst der Farbe (90).

En el año 2021, el director del espacio Arthaus, Andrés Buhar, le encargó a Llinás un documental sobre el Baptisterio de los colores, obra que Mondongo empezaría a montar y que sería adquirida por el espacio. No parecía ser una tarea difícil: el cineasta y los miembros del grupo, Juliana Laffitte y Manuel Mendanha, se conocían hacía décadas, eran grandes amigos, y esa amistad se había desarrollado en largas noches de conversaciones, bebidas y karaokes en el taller de Mondongo. Bueno, pero no.

El Baptisterio, inspirado en el libro El arte del color del artista y teórico suizo Johannes Itten, es una “obra-arquitectura”: una estructura de hierro, espejos y luces que alberga 3276 bloques de plastilina. Llinás les propone a los Mondongo un juego “al estilo de las novelas de Julio Verne”, un desafío: él también hará su interpretación de la obra de Itten pero desde el cine. Busca, entonces, recrear una “noche falsa”, que es la sumatoria de todas las noches que vivieron juntos, donde se baten a duelo.

En el principio de este largo viaje, la primera película, El equilibrista, presenta dos “situaciones”: el montaje del Baptisterio de los Colores en la galería Barro (antes de que la adquiera Arthaus) y una entrevista con la historiadora del arte Gabriela Siracusano. El tema: la materialidad de las obras. Mondongo es, por sobre todas las cosas, un grupo que experimenta con eso: usa desde hilos y plastilina hasta caramelo y clavos. Tríptico de Mondongo también es una película sobre la materialidad del cine.

La pregunta es demoledora porque Mondongo es, además de un grupo de artistas de fino nivel y de asombroso ingenioso, una marca internacional. Tienen, además, el récord local: la instalación Argentina (paisajes) (quince paneles que suman 45 metros lineales, creados entre 2009 y 2013) fue adquirida en noviembre último por Buhar —justamente: para el espacio cultural Arthaus— por 1.270.000 dólares. Es la más cara de la historia del arte argentino superando el cuadro de Emilio Pettoruti vendido en 2012.

La pregunta no solo le apunta a Mondongo —a esta altura la amistad ya estaba rota y, por lo que se lee, por lo que se ve, eso es insalvable—, sino al arte contemporáneo. Incluso, entre líneas, es una pregunta a la propia película. Pero claro, el cine es otra cosa. Pero, ¿qué cosa? Uno podría pensar que el verdadero desafío que Llinás propone es este: ¿cómo hacer para que una obra profundamente humana no termine deglutida por la máquina de la deshumanización? Entonces acelera.

En la gran olla de este tríptico, los trozos de carne y verduras se van descomponiendo. Una amistad que se termia y un documental que se estira, se fragmenta y se deshace hasta formar otra cosa. Absorbido en ese remolino, el espectador se sumerge en el desconcierto ingresando en una zona confusa, perdiendo referencias y coordenadas, dudando si lo que está viendo es una genialidad o una bazofia. En estos tiempos de empaquetada previsibilidad, esa instancia, la del desconcierto, es valiosísima.

Las tres películas —sobre todo la última, pero cada cual a su modo— ofrecen una infinidad de puntos de fuga. Posibilidad imaginarias de salir del film y volver a entrar. ¿Quién es Johannes Itten, el autor suizo del libro El arte del color, qué dice ese libro, qué innovaciones ofrece? ¿Qué contiene la Materioteca que está construyendo Siracusano? ¿Qué son esas imágenes de Les Vampires, de Louis Feuillade, estrenado entre 1915 y 1916? ¿Pilar Gamboa imitando a Juliana Laffitte?

Entonces se vuelve al origen de todo arte visual: las formas, los colores. Y es en este punto donde consta la prueba irrefutable de que, tras una pelea, una discusión final, una ruptura, hay uno que —siempre— se queda hablando solo. Pero en este caso, hay algo más que un hombre refunfuñando blasfemias al cielo. Ni siquiera se trata de un largo y empedernido soliloquio rencoroso. Hay un poco de todo, es cierto, pero en definitiva lo que queda es una obra, una película, que son tres: experimentación y desconcierto.

Volvamos al nudo emocional. Vemos a los artistas de Mondongo, a Llinás, al partenaire del director, Agustín Mendilaharzu. Los vemos jóvenes, en escenas viejas, con el vintage que da lo juvenil de otra época, con sonrisas más espontáneas, con carreras en crecimiento, con todo por hacer. ¿Qué de todo ese fulgor condujo a este desenlace? “Todo retrato es un autorretrato”, escribe Llinás en su Word recurrente. “En todo autorretrato hay, debe haber, no puede no haber, autodestrucción”.

* “Tríptico de Mondongo” se puede ver en Arthaus: Bartolomé Mitre 434, CABA. Estos son los días y horarios:

“El equilibrista”

Jueves 3 de abril - 20H

Viernes 11 de abril - 20H

Sábado 29 de marzo - 19H

Sábado 12 de abril - 19H

Domingo 30 de marzo - 19H

Domingo 13 de abril - 19H

Fuente: telam

Compartir