Viernes
3 de Octubre de 2025
POLICIALES
3 de octubre de 2025
El hecho ocurrió en una clínica privada, en marzo de 2024. El hombre habría repetido la misma maniobra de asfixia al menos tres veces.
El juicio contra G.A., un hombre de 32 años, acusado de intentar matar a su beba de apenas dos meses, comenzará este viernes en la Cámara 9ª del Crimen de Córdoba, con la participación de un jurado popular que decidirá su futuro.
La grave acusación surge de un incidente ocurrido el 4 de marzo de 2024 en una clínica privada de barrio Parque Vélez Sársfield, donde el personal médico intervino de urgencia al detectar un colapso en los signos vitales de la pequeña. Al ingresar a la habitación, encontraron al padre con los dedos muy cerca de la boca de la criatura, una acción que los profesionales interpretaron como un intento de asfixia.
El acusado alegó que solo estaba “limpiando” la boca de su hija. El sistema de monitoreo central de la sala lanzó una alerta roja: la frecuencia cardíaca y la saturación de la pequeña se habían desplomado de manera abrupta. El jefe de guardia y las enfermeras fueron quienes corrieron a la habitación y salvaron a la beba.
Tras apartar al padre, el equipo de salud se enfocó en reanimar a la pequeña, nacida en enero de 2024, logrando estabilizarla. Aunque la cámara de seguridad no captó la acción completa, la sintomatología de la beba y la posición del padre despertaron una fuerte sospecha médica: la introducción de dedos para provocar un ahogo.
Esta no era la única señal de alarma. Los registros médicos previos a este incidente ya daban cuenta de presuntos malos tratos detectados desde el ingreso de la bebé, incluyendo una llamativa fractura en un brazo y problemas respiratorios atípicos.
La prueba central
La fiscal Natalia Aguirre, a cargo de la investigación, fue quien impulsó la elevación a juicio, y la fiscalía de Cámara, a cargo de Mercedes Balestrini, sostuvo la acusación. La pieza más contundente de la causa son las filmaciones de las cámaras de seguridad.
El análisis pericial de la Policía Judicial resultó clave: se determinó que ese 4 de marzo, el hombre habría repetido la misma maniobra de asfixia al menos tres veces. La última, la que activó la alarma, habría sido la más violenta. Incluso, las imágenes lo mostrarían mirando cautelosamente a su alrededor antes de la presunta agresión, como si se estuviera asegurando de la soledad.
La hipótesis fiscal es lapidaria: el padre de la bebé habría actuado con “la clara intención de causarle la muerte a su única hija”, introduciendo dos dedos durante “unos minutos” en la boca de la pequeña, una acción que solo se frustró por la milagrosa activación de la alarma y la rápida intervención médica.
Su abogado defensor, Nicolás Díaz, insiste en la absolución, argumentando la inocencia de su defendido. En un intento por desviar la atención, el acusado señaló a su pareja (la madre de la beba), indicando que él debía cuidarla constantemente porque ella era “depresiva”. La mujer, por su parte, declaró en la causa que G.A. tiene un consumo problemático de cocaína y alcohol.