Mientras todavía se lamenta por la partida de Lucas Martínez Quarta, River se topó con una sorpresa en Núñez. No es un flamante refuerzo para cubrir el hueco que dejó el marplatense en la zaga central, sino que es un hallazgo arqueológico descubierto durante las reformas que se están llevando a cabo en el estadio Monumental y que, por ejemplo, obligaron al equipo de Marcelo Gallardo a hacer de local en Independiente la semana pasada en el 2-1 ante San Pablo por Copa Libertadores.

Así las cosas, tras la remoción total de la pista de atletismo aparecieron tres herraduras del viejo Hipódromo Nacional de comienzos del siglo XX. El 31 de octubre de 1934, River adquirió a cambio de 569.403 pesos de la época el predio en el cual, en menos de cuatro años, se inauguró el estadio que décadas más tarde, en el marco de las refacciones previas al Mundial de 1978, se convertiría en el más grande del país.

Un tiempo antes, ese terreno de 83.950 metros cuadrados formó parte de un centro hípico surgido de una escisión de los socios del Hipódromo Argentino -hoy Hipódromo de Palermo-.

Conocido también como "Hipódromo de Belgrano", el establecimiento impulsado y presidido por el general Francisco Bosch se inauguró el 14 de agosto de 1887 y funcionó de manera activa hasta 1911. Cerrado el hipódromo, se utilizó por algunos años para vareo de los caballos que corrían en Palermo y a partir de 1913 alojó distintos eventos sociales, culturales y deportivos hasta que se determinó su demolición en 1920.

Luego de la mudanza del Millonario desde Alvear y Tagle (Recoleta) hacia la zona norte de la Ciudad de Buenos Aires, en la estructura del barrio se mantuvo el espíritu del hipódromo: el trazado de la calle Victorino de la Plaza, que cruza la Av. Figueroa Alcorta al 7300 y al 7700, describe las que supieron ser la curva sur y las dos rectas de la pista que se completaba con la curva norte, hoy reemplazada por la cabecera "Enrique Omar Sívori" del "Monumental".

Al realizarse en las últimas semanas las excavaciones correspondientes para la implementación del nuevo sistema de drenaje y la modernización del campo de juego, se encontraron las piezas de hierro en forma de "U" que pasaron a formar parte del acervo histórico del Museo River.

Mientras tanto, en Ezeiza...
El plantel que conduce Gallardo volvió este martes a los trabajos en el River Camp de Ezeiza y este miércoles se harán nuevos hisopados de cara al cierre de la fase de grupos de la Copa Libertadores ante Liga de Quito, el próximo 20 de octubre.

Desde el regreso a los entrenamientos, en agosto pasado, el plantel sólo tuvo tres resultados positivos: Ezequiel Centurión en el primero de los testeos; luego Adrián Olivera, entrenador de arqueros; y finalmente Milton Casco.

Ahora, la idea de Gallardo es activar algunas cuestiones físicas de nivelación con pelota y preparar un equipo alternativo para un nuevo amistoso, a jugarse el sábado próximo con un rival a definir. El plantel trabajó con varias ausencias por las convocatorias a las diversas selecciones, tales son los casos de Franco Armani y Gonzalo Montiel en Argentina; Robert Rojas en Paraguay, Paulo Díaz en Chile y Nicolás de la Cruz en Uruguay.

Con la salida de Martínez Quarta, vendido a la Fiorentina en 15,5 millones de dólares, Gallardo no podrá trabajar con los posibles reemplazantes porque las alternativas son precisamente Díaz y Rojas. De este modo, la defensa deberá conformarse con Javier Pinola, el juvenil Augusto Aguirre o con Bruno Zuculini, quien entrena como marcador central ya que de volante central compite con Leonardo Ponzio, Enzo Pérez y Santiago Sosa.

En cuanto al entrenamiento de la jornada, volvió a moverse de manera diferenciada el lateral izquierdo Fabrizio Angileri, quien sufrió una distensión muscular en el isquiotibial derecho en el amistoso ante San Lorenzo, el sábado pasado. También lo hizo, pero casi sin molestias, el colombiano Jorge Carrascal, quien sufrió un esguince leve de rodilla derecha en la previa del encuentro ante San Pablo.

Fuente: Página12