La Universidad de Buenos Aires (UBA) se mantuvo como la única institución de América Latina dentro del top 100 global del prestigioso ranking QS World University Rankings 2025. En la última edición, la UBA ocupa el puesto 84 a nivel mundial, consolidando su liderazgo regional tras la salida del listado de la Universidad de São Paulo (USP), la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y la Pontificia Universidad Católica de Chile. 

A pesar de este logro, la casa de estudios argentina descendió 13 lugares respecto al ranking anterior, una caída que los organizadores atribuyen al impacto del deterioro en el financiamiento de la ciencia y la tecnología, en especial sobre los niveles de producción académica y visibilidad internacional. 

Según el informe de QS, las universidades públicas argentinas atraviesan una situación crítica, con recursos limitados, crecientes demandas sociales y una marcada desigualdad en los resultados estudiantiles. “Es urgente revisar el modelo de educación superior en el país”, advirtió Ben Sowter, vicepresidente senior de QS. 

Desfinanciamiento y retroceso en investigación 

El indicador más afectado para la UBA fue el de Citas por Artículo, clave para medir el impacto y la visibilidad de la producción científica. Desde la universidad aseguran que el desfinanciamiento crónico, sumado al corte de convenios con editoriales internacionales, dejó a investigadores sin acceso a bibliografía actualizada, frenando proyectos clave. 

La situación se enmarca en una crisis más amplia del sistema científico argentino. Programas como Construir Ciencia y Equipar Ciencia fueron recortados o directamente cancelados. En paralelo, la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación y el CONICET atraviesan una virtual parálisis: no hay ingresos de nuevos investigadores, se suspendieron becas y se congelaron programas de cooperación como el Programa Raíces, destinado a repatriar científicos. 

Además, los salarios de investigadores, docentes y personal universitario cayeron entre un 30% y un 40%, empujando a muchos por debajo de la línea de pobreza y provocando la pérdida de profesionales altamente capacitados cuya formación llevó más de una década. 

Alta empleabilidad y prestigio internacional 

Pese al contexto adverso, la UBA logró mejorar en varios indicadores del ranking QS: Reputación Académica (+1), Proporción estudiante/profesor (+25), Empleabilidad (+1) y Redes internacionales de investigación (+7). En resultados de empleabilidad, la universidad se ubicó en el puesto 12 a nivel global, lo que refleja la alta valoración de sus egresados en el mercado laboral internacional. 

En tanto, en Reputación Académica, la UBA se ubicó en el puesto 34 del mundo, reafirmando su peso histórico como institución formadora de excelencia. 

Una advertencia para el futuro 

Para QS, el caso de la UBA representa un ejemplo de resiliencia institucional frente al ajuste, pero también una señal de alerta. “Argentina aún tiene capacidad para competir al más alto nivel, pero para revertir la tendencia será necesario corregir las desigualdades estructurales que afectan a su sistema educativo”, concluyó Sowter.

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