El supuesto "avance" del autoservicio de combustible en Argentina choca contra un muro de descontento social. Según un estudio de la consultora MBC Mori para FECRA (mayo 2025), la mayoría de los usuarios del AMBA rechaza cargar su propio combustible, defendiendo al playero y denunciando los riesgos de esta modalidad.

El 50% de los encuestados insistió en que prefiere que un empleado cargue el combustible, frente a solo un 36% que optaría por el autoservicio. Las críticas más duras apuntan a la pérdida de puestos de trabajo, reporta el sondeo publicado recientemente en el sitio especializado surtidores.com.ar. 

El rechazo no es menor. Un 35% de los encuestados reconoció no saber manipular los surtidores, y otro 30% expresó temor por la seguridad del sistema o por la pérdida de empleos. “Podés cometer errores”, “es peligroso”, “le estás quitando el trabajo a otra persona”, fueron frases repetidas durante el relevamiento. Incluso entre quienes se mostraron algo receptivos a la idea, el atractivo dependía exclusivamente de un beneficio económico claro: recién con un 10% de descuento en el precio del combustible, la mayoría se mostró dispuesta a intentarlo.

Otro dato revelador es que el autoservicio encuentra mayor resistencia entre mujeres y mayores de 40 años, así como entre quienes viven en la Ciudad de Buenos Aires. Además, en situaciones climáticas adversas o en zonas poco seguras, la figura del playero sigue siendo preferida por amplia mayoría.

Lejos de una aceptación generalizada, el nuevo modelo enfrenta una fuerte defensa social del rol del trabajador expendedor, no solo por su tarea práctica, sino por el vínculo humano y la confianza que representa. Aunque el autoservicio pueda ofrecer beneficios puntuales, el informe concluye que cualquier cambio deberá afrontar una barrera cultural profunda y un fuerte respaldo ciudadano al modelo tradicional.

Desconfianza y miedo al error

El 35% admitió no saber manipular los surtidores, mientras que el 15% lo consideró directamente peligroso: "¿Y si me equivoco y provoco un incendio?", "No quiero responsabilizarme de algo que debe hacer un profesional". Incluso con descuentos, muchos mantuvieron su postura: "Prefiero pagar un poco más y que me atiendan".

Aunque un 72% aceptaría el autoservicio con un 10% de descuento, el apoyo se desploma si el beneficio es menor. Además, en contextos adversos (lluvia, inseguridad), la demanda del playero se dispara. "Si tengo que cargar de noche, ni loco lo hago yo", dijo un entrevistado.

Conclusión: una imposición impopular

Mientras las petroleras promueven el autoservicio como "modernización", los usuarios lo ven como un recorte de derechos laborales y un riesgo innecesario. 

¿Vos cargarías tu propio combustible llegado el momento en una estación de servicio? La mayoría ya dijo que no.