A pesar de que la inflación en comercios minoristas marcó en mayo su nivel más bajo en cinco años (1,7%), los indicadores sociales y económicos en Córdoba revelan un panorama alarmante: el 57,9% de los hogares no logró acceder a la canasta básica alimentaria, y casi la mitad debió omitir al menos una comida diaria por falta de recursos. 

Los datos surgen de la encuesta mensual realizada por el Instituto de Estadísticas y Tendencias Sociales y Económicas (IETSE) y del relevamiento del Centro de Almaceneros de Córdoba, que advierten sobre el deterioro de la situación alimentaria en los sectores más vulnerables. 

Uno de los datos más duros del informe indica que el 30% de los hogares reportó que al menos un integrante "sintió hambre y no pudo satisfacerlo", mientras que el 49,5% suspendió una comida diaria, una tendencia que, según especialistas, está llevando a muchas familias a reemplazar la cena por una merienda tardía, insuficiente desde el punto de vista nutricional. 

El titular del Centro de Almaceneros de Córdoba, Germán Romero, explicó en declaraciones a Cadena 3 que "casi el 20% de los hogares se quedó sin alimento en algún momento", y alertó que "gran parte de esas familias sobreviven mediante estrategias de emergencia que no garantizan una dieta saludable". 

El consumo, en caída libre 

En paralelo al deterioro alimentario, los comercios de proximidad atraviesan un fuerte retroceso en ventas: el consumo cayó un 6% en mayo respecto de abril, y la rentabilidad interanual disminuyó un 8%, según un informe de la Cámara de Comercio de Córdoba. De forma anualizada, las ventas bajaron un 4% respecto a mayo de 2024, mientras que la rentabilidad acumuló una caída del 13%. 

El 70% de los comerciantes no logró alcanzar sus expectativas de venta durante el mes, lo que refleja el estancamiento del consumo a pesar de la desaceleración inflacionaria. 

El crédito, recurso habitual para comer 

La falta de liquidez en los hogares también se refleja en la forma de compra: el 90% de los clientes financia su alimentación, según el relevamiento del Centro de Almaceneros. El 44,2% lo hace con tarjeta de crédito, el 36% compra fiado en los negocios de barrio, y un 7,5% recurre a préstamos o dinero prestado para cubrir necesidades básicas. 

Desde el sector comercial advierten que esta aparente “mejoría” en los precios convive con una emergencia social silenciosa, en la que miles de familias no pueden garantizar ni siquiera las comidas diarias. “El consumo está estancado y el poder adquisitivo sigue sin recuperarse”, concluye el informe. 

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