Martes
22 de Abril de 2025
16 de febrero de 2025
En China inauguraron un hospital hecho completamente con IA y en EE.UU. los robots enfermeros son furor. Luces y sombras de una revolución que ya está en marcha y no pide permiso.
Imagínese ir a su médico de siempre y quien lo atiende, en vez de ser Jorge González, es el robot X. Lo invita a sentarse del otro lado del escritorio y, a diferencia de Jorge que durante buena parte de la consulta se la pasaba mirando a su monitor llenando formularios, a partir de una voz distorsionada, el robot la llama por su nombre y le consulta cómo se siente. Usted, sorprendida, le cuenta lo que le sucede y la máquina le pide un momento. Escanea su cuerpo, lo revisa prácticamente a escala molecular, explora la base de datos en la que está su historia clínica y le brinda un diagnóstico ajustado, preciso, híper calibrado. Le propone un tratamiento, conversa un poco más sobre temas que a usted le preocupan y cuando se está por marchar, le pide que se cuide. Una experiencia, a esta altura, posible.
“Una respuesta espontánea y visceral respecto de la IA en la atención médica nos permitiría afirmar categóricamente que una máquina jamás podrá reemplazar la mirada atenta, la escucha empática, la capacidad de decodificar gestos mínimos y el saludo cálido y reparador de un médico a un paciente. Sin embargo, debemos ser conscientes que esa conexión tan sutil y humana es cada vez menos frecuente, ya que entra en tensión con la lógica de ‘producción’ y la ‘eficiencia’ ampliamente extendida en los sistemas de salud públicos y privados”, dice Adrián Díaz, exfuncionario de la Organización Panamericana de la Salud.