Alrededor del mundo hay muchas historias de pueblos fantasmas, que en algún momento tenían mucha gente viviendo en el lugar, pero por diferentes razones se fueron deshabitando. Pero este pueblo en particular, tiene una razón, increíble.

Aunque parezca mentira, este pueblo tiene un incendio subterráneo que lleva décadas ardiendo ininterrumpidamente y obviamente que obligó a la gran mayoría de sus habitantes a mudarse a otros lugares.

Este pueblo en cuestión se llama Centralia y se encuentra en Pensilvania, en la costa este de los Estados Unidos. Hace muchos años atrás, estuvo muy poblado, porque era una ciudad minera, hasta que sucedieron los eventos de mayo de 1962.

Desde ese mes en adelante las cosas no fueron igual, ya que un incendio comenzó en un vertedero y se extendió al laberinto de la minas de carbón a varios kilómetros debajo de la superficie del lugar.

Las autoridades realizaron muchos intentos para extinguir las llamas subterráneas, pero fueron en vano y los gases nocivos como el monóxido de carbono continúan saliendo de las grietas en el suelo que se sigue desmoronando.

Esto convierte al pueblo de Centralia, en un lugar peligroso para que viva gente. Tanto es así que en el año 1981, un adolescente de 15 años, Todd Domboski, estaba jugando en su patio trasero de su casa cuando cayó en un sumidero.

Afortunadamente, su primo pudo rescatarlo de la caída de varios metros para abajo y resaltó los peligros que representa para todos los que están arriba, con respecto al fuego en curso debajo. Es más, hay carteles colocados alrededor del pueblo.

En estos carteles colocados en diferentes lugares de la ciudad, advierten a los visitantes que no se acerquen a ciertas áreas que son especialmente peligrosas.

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