Los informes policiales señalan que faltaban algunos minutos para las 19 del martes, cuando el móvil de la Comisaría Comunitaria Nº14 de La Banda realizaba sus recorridos de prevención sin sobresaltos. De pronto, un llamado alertó sobre la grave situación.

Una mujer del barrio Los Álamos II solicitaba la presencia policial en su domicilio a raíz de que su hija de 23 años había protagonizado una serie de incidentes en el inmueble por problemas de familia, en aparente estado de ebriedad, para luego marcharse de la morada que comparte junto a su madre, bajo la seria amenaza de renunciar a la vida.

La denunciante de 42 años, habría manifestado su preocupación de madre ante los uniformados, ya que desconocía el rumbo que había tomado la joven y debido a su estado de confusión, temía por lo que le pudiera suceder.

De inmediato, los agentes del orden salieron a patrullar el barrio en procura de dar con ella, preguntando a vecinos y circunstanciales transeúntes si habían visto a una joven con las características físicas y la vestimenta descriptas por la progenitora, acción que tuvo sus frutos cuando un dato la ubicó en cercanías del canal revestido, sobre el puente de la ruta 34, en un estado de exaltación que tornaba aún más preocupante el escenario.

Presurosos, los policías llegaron al sitio señalado y observaron a la joven subida sobre la barandilla del puente, repitiendo a viva voz, su intención de arrojarse al cauce. Así, el cabo Marcos Serrano descendió del móvil policial y comenzó a acercarse lentamente a la muchacha, mientras hablaba con ella para dilucidar los motivos que derivaron en su decisión.

Por su parte, el oficial ayudante José Santillán y el agente Agustín Miranda realizaron los trabajos que demandan este tipo de situaciones urgentes, brindando apoyo a su compañero y solicitando la presencia de personal femenino para atender cualquier eventualidad.

La espera parecía eterna y luego de algunos minutos, la joven habría percibido la empatía que ponía de manifiesto el cabo Serrano durante el diálogo entre ambos. La tensión bajaba, más no así la muchacha que continuaba sobre la baranda del puente y en un descuido, un movimiento veloz e inesperado, le permitió al policía sujetarla por la cintura y ponerla en resguardo, evitando el peor de los desenlaces.

Una vez que se consiguió evitar que la joven desistiera de la vida, los efectivos policiales, para asegurar su integridad física, dieron participación al personal de la Comisaría del Menor y la Mujer Nº2 que la trasladó hacia la dependencia para contenerla.

Posteriormente, se informó de lo actuado a la Fiscalía de Turno por los departamentos Banda y Robles que ordenó que se realizaran las tareas de rigor previstas para estos casos, primando siempre la integridad de la joven.

Fuente: www.elliberal.com.ar