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REALEZA

21 de marzo de 2021

Un dolor infinito que lo persigue y un amor no tan perfecto: los fantasmas que acechan al príncipe William

Segundo en la línea de sucesión al trono y padre de tres hijos es hoy el representante de la realeza más respetado por los británicos. Junto a Kate Middleton, el nieto favorito de Isabel II trata de ponerse la casa real sobre sus hombros en medio de la grave crisis que desató su hermano Harry

El príncipe William, de 38 años, está en un aprieto desde la explosiva entrevista de los duques de Sussex con Oprah Winfrey, que ha hecho temblar los cimientos del Palacio de Buckingham. Allí Meghan alegó que su hijo pudo haber sido despojado de su título real debido a su raza y la sorprendente admisión del príncipe Harry de que actualmente no estaba hablando con su hermano ni con su padre, el príncipe Carlos.

La vida del príncipe William, en cambio, parece sacada de las páginas de un libro de cuentos. Es un príncipe que es amado en todo el mundo. Sin embargo, la vida real no siempre es fácil, especialmente cuando eres el segundo en la fila del trono.

William no ha sido, ni muchi menos, una figura tan controvertida como su hermano menor, que hasta llegó a ir vestido con indumentaria nazi a una fiesta de disfraces. El duque de Cambridge es mucho más reservado públicamente. Se estableció temprano con su novia de toda la vida, Kate Middleton. El matrimonio y sus tres hijos a menudo se ven como la familia perfecta y feliz. Sin embargo, la relación entre la pareja no siempre ha sido color de rosa.

La pareja más amada de la familia real británica tuvo un inestable inicio, con una breve crisis que casi pone fin a un romance de película.


Incapaz de vivir una vida normal, el futuro de William fue planeado para él incluso antes de que naciera. La presión de crecer sabiendo que algún día se esperaría que tomara el trono ya habría complicado su vida lo suficiente, pero el príncipe también ha tenido que lidiar con otras decepciones, como el tumultuoso matrimonio de sus padres y la muerte de su amada madre, la princesa Diana.

Pese a todo, en general, parece que el ex piloto de la Royal Air Force cumple con todos los requisitos que se esperan de un futuro rey de Inglaterra, mientras que su hermano menor acumula escándalos públicos.

No sabía que tenía su futuro marcado


Como la mayoría de los jóvenes de la realeza, el príncipe William fue enviado a un internado a una edad temprana. La experiencia fue difícil para él al principio. Como se señala en el libro “Prince William: A Biography”, el futuro rey fue enviado a la escuela Ludgrove cuando tenía solo 8 años. Si bien su madre, la princesa Diana, se mostró reacia a tenerlo lejos, su padre, el príncipe Carlos, quería continuar con la tradición familiar.

Siempre fue el dolor de cabeza de su madre por ser un niño bastante travieso. No mucho después de que el príncipe William se fuera al internado, sufrió una lesión grave después de ser golpeado accidentalmente con un palo de golf mientras jugaba. Fue diagnosticado con una fractura de cráneo, que requirió una cirugía de 70 minutos que lo dejó con veinticuatro puntos de sutura. Diana se quedó pegada a su hijo, mientras que el príncipe Carlos fue a verlo después del accidente, aunque, abandonó el hospital para asistir a la ópera.

Si bien no sufrió ninguna lesión permanente, el accidente le dejó una cicatriz encima de la ceja izquierda.

El príncipe William no se crió con el conocimiento de que algún día sería el rey de Inglaterra y realmente no tenía idea de que era diferente a cualquier otra persona.

Sus compañeros de escuela se burlaban de él y, según los diversos libros sobre los Windsor, fue su hermano menor, el príncipe Harry, quien le dio la noticia de que no podría decidir sobre su futuro. “Cuando William dijo una vez que le gustaría ser policía y cuidar de su madre, Harry le dijo enfáticamente: ‘No puedes, tienes que ser rey’”, escribió Andrew Morton. A pesar que hoy se muestra seguro del cargo que ocupa, William luchó muchos años con las responsabilidades que tenía sobre sus hombros.

Se sintió traicionado cuando su madre admitió haber tenido una aventura


El mundo entró en un frenesí en noviembre de 1995, cuando la princesa Diana ofreció una explosiva entrevista al periodista Martin Bashir de la BBC en la que relató con lujos detalles sobre su infeliz matrimonio con Carlos de Inglaterra y pronunció aquella famosa e inolvidable frase: “En mi matrimonio éramos tres, estaba un poco concurrido”, refiriéndose a la relación extramatrimonial que su todavía marido mantenía con Camilla Parker Bowles. También admitió haber tenido una aventura con James Hewitt, un oficial del ejército. Esa revelación fue especialmente dura para el príncipe William.

El historiador Robert Lacey escribió en “Battle of Brothers” que William vio la entrevista junto a su hermano y se sintió traicionado por su madre. Estaba tan enojado por la entrevista que cuando ella lo llamó después de que salió al aire, se negó a hablar con ella.

La aconsejera de Diana, Simone Simmons, le dijo a Lacey que “se desató el infierno” después de que se emitió la entrevista. William no solo estaba “furioso” porque su madre había mencionado su aventura, sino también “porque había hablado mal de su padre”.

Las cosas llegaron a un punto crítico un mes después. La relación entre la princesa Diana y el príncipe Carlos se había vuelto tan tensa que, en diciembre de 1995, la reina Isabel II escribió cartas a su hijo y nuera ordenándoles que se divorcien. La escandalosa separación se concretó un año después y afectó al príncipe William que, aunque estaba acostumbrado a la relación tensa entre sus padres, lo dejó “traumatizado”.

Pero dolor más grande que lo afectaría el resto de su vida sucedió en 1997.


El príncipe William quedó devastado por la muerte de su madre. La mayor tragedia de la vida del príncipe William ha sido la prematura muerte de su madre, la princesa Diana. Él tenía solo 15 años cuando ella falleció en un accidente automovilístico en 1997. En un documental de la BBC, el príncipe William recordó sentirse “completamente entumecido y desorientado” después de enterarse de su muerte de la madre. El trauma se quedó con él. “Te sientes muy, muy confundido”, dijo. “Y sigues preguntándote, ‘¿Por qué yo?’ Todo el tiempo, ‘¿Por qué? ¿Qué he hecho? ¿Por qué? ¿Por qué nos ha pasado esto?’”.

Nunca superó la muerte de su madre. En las pocas veces que habló ante las cámaras sobre el trágico destino de su madre, William reveló que convertirse en padre hizo que sus “emociones” de ese horrible momento “volvieran a pasos agigantados”. El futuro rey ha sentido profundamente la ausencia de su madre a lo largo de su vida, y ha dicho que desea que ella todavía esté aquí para darle consejos y conocer a su esposa e hijos.

El matrimonio de su padre con Camilla Parker Bowles

En 2005, ocho años más tarde de la muerte de Lady Di y que la convirtió en un ícono, Carlos anunció su casamiento con Camilla tras casi 30 años de relación. Si bien se informó en ese momento que el príncipe William estaba feliz por su padre, las cosas eran un poco más complicadas. “Efectivamente, en privado, su estado de ánimo era más de ‘aceptación’ que de alegría pura”, escribió Robert Jobson en su libro, William’s Princess.

El príncipe Carlos y Camilla se mostraron juntos en público por primera vez en 1999. La biografa real Penny Junor escribió en su libro The Firm que la razón por la que el príncipe Carlos esperó tanto para proponerle matrimonio fue por preocupación por sus hijos. Carlos querían esperar a que William y Harry crecieran antes de darles una madrastra de forma oficial. Si bien ella escribió que a los príncipes les agradaba la mujer de su padre, “aceptar a Camilla como parte integrante de la vida familiar” no fue la transición más fácil.

Junor citó la lealtad del príncipe William y el príncipe Harry a Diana por sus sentimientos encontrados hacia Camilla, y escribió que estaban felices por su padre, pero también sabían que Camilla había sido la causa de la terrible infelicidad de su madre.

La historia de amor no tan perfecta con Kate


Según cuenta la historia, el príncipe William se interesó por primera vez en su compañera de clase de Universidad de St. Andrews, Kate Middleton, cuando la vio caminando por la pasarela de un desfile de modas benéfico con un vestido muy revelador. Pese al interés de William por Kate se mantuvieron como amigos antes de que finalmente comenzaran a salir y se mudaran juntos. Según los expertos reales, su relación realmente comenzó a florecer mientras compartieron piso en su segundo año y ambos salían con otras personas.

Aparentemente le fue bastante difícil conquistar a Kate, y al principio ella quería seguir siendo su amiga; incluso lo rechazó cuando William intentó besarla en una fiesta. Aun así, parece que su sólida amistad inicial terminó siendo algo bueno a largo plazo. “Ser amigos creo que fue una gran ventaja”, dijo el hijo mayor de Lady Di en una oportunidad.

Detrás de escena, las cosas comenzaron a deteriorarse entre ellos en 2004, un año antes de que se graduaran. Como se documenta en un extracto del libro de la biógrafa real Katie Nicholl, William and Harry: Behind the Palace Walls, publicado por Vanity Fair, el príncipe de 22 años “les dijo a varios de sus amigos” que se sentía “claustrofóbico”. La pareja se separó de forma secreta. Él se fue de vacaciones con amigos y una misteriosa mujer a Grecia, mientras que Kate pasó un tiempo en Berkshire con su familia, y supuestamente solo mencionó la ruptura bajo la influencia del alcohol. “Ella estaba debatiendo si debía enviarle un mensaje de texto o llamarlo”, le dijo un amigo a Nicholl. “Dijo lo triste que estaba y lo mucho que extrañaba a William, pero nunca más lo mencionó después de eso”.

A pesar de su actitud aparentemente indiferente, Kate estaba “profundamente” herida por la supuesta relación de William con Anna Sloan, una heredera estadounidense de Nashville, Tennessee, que al igual que el príncipe, perdió a un padre en circunstancias trágicas: su padre murió en un accidente de escopeta en la finca familiar. Durante la crisis, William también estuvo vinculado sentimentalmente con Isabella Anstruther-Gough-Calthorpe, hija de la heredera Lady Mary Gaye Curzon y John Anstruther-Gough-Calthorpe, y Jessica “Jecca” Craig, con quien pasó unas vacaciones en el rancho de los padres de ella en Kenia.


Después de graduarse de St. Andrews, la relación del príncipe William y Kate Middleton cambió drásticamente. Como William tuvo que volver a sus deberes reales, Kate tuvo que convertirse en una novia más pública. Y mientras William comenzaba su formación oficial en la Royal Military Academy, de Sandhurst, Kate empezó a trabajar en la empresa de sus padres como organizadora de fiestas. En este punto, su romance era de conocimiento público, ya que habían sido fotografiados juntos en un viaje de esquí en 2004. Entonces no fue una sorpresa cuando Kate comenzó a aparecer en varios eventos reales.

En 2006, Kate estuvo presente en el desfile de William en Sandhurst. Era su primera aparición real, y su presencia causó un gran revuelo, alimentando los rumores de un matrimonio inminente. Kate también asistió a la boda de la hermanastra de William, Laura Parker Bowles, ese mismo año. Durante este período, Kate y William fortalecieron su relación a pesar de que sus vidas habían tomado caminos muy diferentes.

Un ruptura por teléfono


Su relación romántica no siempre fue fácil ni tan idílica. De hecho, se separaron brevemente durante los primeros años de noviazgo. La prensa inglesa la apodó maliciosamente Waity Katie a la futura reina consorte, haciendo alusión al tiempo que llevaba esperando que William le pidiera matrimonio. Según el libro Battle of Brothers, de Robert Lacey, la ruptura de 2007 fue por teléfono. Kate estaba en el trabajo cuando recibió una llamada telefónica de su novio y, al final de la conversación, habían terminado.

Si bien Kate admitió en su entrevista de compromiso con el canal Sky News haber estado molesta en ese momento, se negó a deprimirse después de la separación. Si bien la ruptura fue idea de William, según los medios británicos, cambió de opinión rápido y se reconciliaron. Como Kate reconoció ese tiempo sin verse terminó siendo algo bastante bueno. “Descubres cosas sobre ti de las que tal vez no te habías dado cuenta”, explicó. “Creo que una relación te puede consumir bastante cuando eres más joven”.

Se mudaron juntos a su primera casa en 2010. Por supuesto, era una señal de que las cosas iban más serias que nunca entre ellos. William y Kate eligieron una modesta cabaña en el norte de Gales, cerca de la base militar del príncipe. Según los lugareños, la pareja disfrutaba de una forma de vida relativamente normal en el pueblo.

Compromiso y un “sí, quiero” histórico


Después de ocho años de noviazgo, el príncipe William finalmente le propuso matrimonio a Kate Middleton en 2010, mientras la pareja estaba de vacaciones en Kenia. En un discurso en una recepción en el Palacio de Buckingham en 2020, el sucesor el trono británico habló sobre ese momento tan especial. Según explicó, eligió Kenia porque ocupaba un lugar muy especial en su corazón, reveló. “Es el lugar al que mi padre nos llevó a mi hermano y a mí poco después de la muerte de nuestra madre”.

En otro significativo guiño al pasado, William usó el anillo de su madre para obsequiarle a Kate. “Esta es mi manera de mantenerla cerca de todo”, dijo el duque ante las cámaras de televisión. No obstante, su compromiso no podría haber sido más diferente del de sus padres. El príncipe Carlos y la princesa Diana , de 19 años, apenas se conocían.

La alianza de compromiso la eligió Lady Diana Spencer de un catálogo en lugar de solicitar un diseño personalizado. Según Vogue, el príncipe Harry heredó el anillo cuando su madre falleció, pero sintió que debía “estar en el dedo de la futura reina de Inglaterra”. Se lo entregó a su hermano mayor para que se lo diera a Kate, pero según la revista Marie Claire, los críticos lo vieron como un mal presagio porque provenía de un matrimonio infeliz.

La boda real del nieto de la reina de Inglaterra fue una de las más grandes de la historia. El viernes 29 de abril de 2011, Kate caminó por el pasillo de la Abadía de Westminster y se casó con William, su gran amor. Fue un gran evento a nivel mundial, y la fecha fue declarada fiesta nacional en el Reino Unido. Según medios británicos, más de 300 millones de personas en todo el planeta sintonizaron para ver la ceremonia televisada.


La experta real Katie Nicholl reveló que, antes de casarse con el hijo mayor de Carlos de Inglaterra, Kate recibió “lecciones sobre cómo ser una esposa real”. Por eso, el príncipe William, segundo en la sucesión al trono, le hizo una promesa a su futura esposa: no permitiría que se alejara nunca de su familia, tan importante para ella. Esas palabras, al menos hasta ahora, se han cumplido, ya que los duques de Cambridge comparten mucho tiempo con Carole y Michael, los padres de Kate, como con sus hermanos James y Pippa Middleton. Siempre están en lista de invitados de los grandes eventos de la reina Isabel II.

Meghan Markle no tuvo la misma suerte con su familia. Su padre, Thomas, habla mal de ella y de su papel en la familia real cada vez que se para en frente de una cámara. Además, horas antes del enlace de su hija en 2018, protagonizó un papelón mundial al vender imágenes suyas a los paparazzi, lo que le valió el retiro de su invitación a la boda.

El anillo de Diana se convirtió en una verdadera reliquia familiar y terminó representando mucho más el amor que un matrimonio fallido. Con tres hijos y diez años de casados , Will y Kate parecen estar bien, a pesar de los malos presagios sobre su relación.

Noche de fiestas y rumores de infidelidad


Las fiestas lo han metido en problemas en varias oportunidades. Se convirtió en comidilla de los tabloides cuando en 2013 el futuro monarca festejó hasta que salió el sol. Más bien, celebró hasta que le salió un diente.

Según Daily Mail, Kate estaba embarazada de George cuando se ausentó de la boda del mejor amigo de William, Tom van Straubenzee y Lady Melissa Perc. En cambio, William no se quiso perder el evento y fue solo. En un momento dado, estaba celebrando con su amigo Tom Inskip, quien accidentalmente lo golpeó en la cara, lo que le rompió una parte significativa de su diente frontal y lo envió directamente a una cirugía dental de emergencia.

“William estaba bromeando diciendo que si Kate entraba en trabajo de parto esa noche, él tendría que sonreír para las cámaras con un diente faltante”, dijo una fuente al tabloide. Pero no fue la única vez que puse en un lugar incómodo a su esposa.

En un incidente apodado “papá bailando” por la prensa, William fue blanco de críticas durante un viaje en solitario a Suiza. Según Vanity Fair, Middleton enfureció después de que un video de su esposo de fiesta con sus amigos y una “morena misteriosa” en un club nocturno apareciera en varios tabloides en 2017. Según The Sun, se lo vio poniendo sus manos “en la cintura de una mujer”. En ese momento, Kate estaba en casa cuidando a la princesa Charlotte y al príncipe George, quienes eventualmente heredarán el trono.

Más allá de eso, el viaje de esquí hizo que William se perdiera el servicio del Día de la Commonwealth en la Abadía de Westminster, que Isabel II considera como una de las fechas más importantes del calendario real. Hasta el día de hoy, ese viaje se considera una de las decisiones más controvertidas que tomó el nieto predilecto de Su Majestad.

Un gran escándalo estalló en 2019, cuando los medios británicos informaron que el príncipe estaba teniendo una aventura con Rose Hanbury, una íntima amiga de la familia que estuvo presente en su boda con Kate en 2011.

Si bien no hubo evidencia del affaire, los chismes afectaron al matrimonio. A pesar del estrés de la situación, la pareja ignoró los rumores, aunque sus abogados amenazaron con emprender acciones legales contra los medios que difundieran el rumor.

Los fantasmas que acechan al futuro rey

William ha sido abierto sobre su salud mental. No solo ha hablado del impacto que tuvo el servicio militar en su vida, sino que también se refirió a sus luchas personales tras algo “traumático” como, en su caso, la pérdida de su madre cuando era un adolescente. En el documental ”El fútbol, el príncipe William y nuestra salud mental” que se estrenó en 2020, el príncipe habló sobre los ataques de ansiedad que suele tener al hablar en público, diciendo que ha sufrido de pánico escénico durante años y que le preocupaba cómo el público podría reaccionar a sus palabras.

Y bromeó sobre la táctica ingeniosa que encontró de lidiar con esta ansiedad, diciendo que a medida que su vista se volvía más pobre a medida que envejecía, ya no podía ver claramente los rostros de la audiencia. Como no usaba lentes de contacto mientras trabaja, solo podía ver el discurso frente a él y no a las personas que lo escuchaban hablar.

En la actualidad William es la persona con mayor aceptación en el Reino Unido. Es un hombre querido y admirado. Pero él se siente solo, dicen. Su hermano se mudó bien lejos suyo tras una serie de peleas que rompieron el fuerte vínculo que los unía. Su madre no está desde hace tiempo y la extraña cada vez más. Únicamente su esposa y sus hijos los mantienen en pie en la peor crisis que enfrenta en su edad adulta. Sobrecargado de trabajo, de responsabilidades. Mucho más en el último año, donde él mismo combatió el COVID-19 -que salió a la luz mucho después tras mantenerse oculto por meses- y debió tomar más responsabilidades protocolares en reemplazo de su abuela, la reina Isabel II, que estuvo recluida meses en el castillo de Windsor. Y por supuesto la renuncia del príncipe Harry y Meghan Markle a su trabajo oficial para la Corona obligó a los duques de Cambridge a tomar más compromisos en nombre de Su Majestad.

Hay una obsesión que ronda la cabeza del príncipe: ¿a quién elegirá la reina? William tiene la esperanza de que su abuela lo escoja a él por sobre su padre, Carlos, el heredero natural al trono del Reino Unido. Estaría convencido de que merece que su tiempo llegue más pronto: la popularidad suya y de Kate frente a la de su padre y la duques de Cornualles es mucho mayor en el pueblo británico. Pero... nadie sabe qué piensa Isabel II al respecto.


FUENTE: INFOBAE

 

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