Domingo
29 de Junio de 2025
04/11/2024
Fuente: telam
Más allá de los límites de la industria, la rubia platinada más famosa de Hollywood esconde un legado literario que ilumina una faceta menos conocida pero profundamente fascinante
>Para el mundo, Lejos de la imagen superficial que proyectaba en sus papeles, Monroe era una lectora apasionada y una mujer intelectualmente inquieta, dueña de una biblioteca personal que hoy causa asombro y respeto. La colección, construida con paciencia a lo largo de los años, incluía títulos de literatura clásica y de filosofía, temas poco asociados con el papel de “bomba rubia” que le asignaron los estudios. Para la actriz, esos libros representaban mucho más que una simple afición; eran una vía de escape y una reafirmación de su identidad, una que prácticamente no se mostraba al público.
A lo largo de su vida, Monroe ocultó con recelo su verdadera personalidad, mostrándola sólo en momentos de soledad o en la intimidad de sus lecturas. Los aspectos más profundos de su carácter se mantuvieron fuera del alcance del público, revelándose solo tras su muerte a través de sus diarios personales y las pertenencias que dejó atrás. En sus escritos, plasmó reflexiones íntimas que ofrecen una mirada más compleja y sensible de la actriz, quien buscaba consuelo y claridad en la lectura y la escritura. “Me restauro cuando estoy sola”, anotó alguna vez, una confesión que muestra la necesidad que tenía de retirarse de la vida pública para reencontrarse consigo misma.Incluso en los sets de filmación, Monroe encontraba formas de reconectar con esa parte oculta de su vida. Entre una toma y otra, se retiraba a un rincón apartado, sacaba un libro y se sumergía en sus páginas, ajena al ruido del entorno. En esos momentos de aparente calma, leía obras de gran dificultad, títulos que “incluso los estudiantes de literatura luchan por comprender”, dejando ver su determinación por explorar temas profundos y complejos, muy alejados de los papeles superficiales que interpretaba en la pantalla.Esta faceta introspectiva, aquella que pocos conocieron en vida, contrasta poderosamente con su imagen pública, mostrando a una mujer que no solo era consciente de las contradicciones de su existencia, sino que encontraba en la soledad y la lectura una vía de escape de las presiones y limitaciones impuestas por Hollywood.La faceta intelectual de Monroe quedó plasmada de forma contundente en su biblioteca personal, una colección envidiable que refleja su curiosidad y profundidad de pensamiento. Todo salió a la luz cuando una subasta organizada por Christie’s reveló al mundo este aspecto oculto de la actriz, mostrando una selección de más de 400 libros que había reunido a lo largo de los años. La venta permitió que el público conociera un lado de Monroe que contrastaba radicalmente con su imagen de “rubia tonta”: el de una lectora ávida y reflexiva, que exploraba obras complejas y anotaba sus pensamientos en los márgenes, en un diálogo silencioso con cada autor.No obstante, la selección literaria de Monroe no se limitaba a los autores consagrados. También mostraba interés por la contracultura y la filosofía contemporánea. Entre sus libros se encontraban textos de la Generación Beat, como En el camino, de Jack Kerouac, y poesía experimental de autores como Walt Whitman y Rainer Maria Rilke. Además, profundizó en obras de psicología de Sigmund Freud y en la literatura existencialista de Albert Camus, explorando temas que rozaban el nihilismo y la naturaleza de la existencia, temas complejos que pocos asociarían con el personaje que Hollywood proyectaba de ella.
La presencia de sus anotaciones personales a lo largo de su colección es lo que más sorprende a críticos y fanáticos por igual. En sus márgenes, Monroe dejaba impresas sus reflexiones, subrayaba fragmentos y marcaba aquellas frases que resonaban con sus propias experiencias y emociones. Estas notas, a la vez personales y universales, ofrecen una ventana a la mente de una mujer compleja y apasionada por el conocimiento, que usaba la literatura no solo como entretenimiento, sino como una forma de entenderse a sí misma y el mundo que la rodeaba.
La actriz comprendía mejor que nadie los límites que Hollywood imponía sobre las mujeres en su época. Sabía que, en un entorno que valoraba más la apariencia que el intelecto, su único camino hacia el estrellato sería adaptarse al molde que la industria esperaba de ella. Monroe sabía jugar el juego de forma increíble y se construyó a sí misma como una fantasía encarnada, la “bomba rubia” que Hollywood devoraría sin dudar. Esta construcción de personaje no fue fruto de una imposición externa; al contrario, fue una decisión calculada, una herramienta con la que Norma Jean Mortenson, su verdadero nombre, podría conquistar al público.En su interpretación de Lorelei Lee, Monroe no solo se adaptó al papel de una joven superficial y ambiciosa, sino que lo enriqueció con gestos sutiles y miradas cómplices que sugerían una comprensión más profunda del personaje y de las expectativas del público. Este papel en Los caballeros las prefieren rubias puede considerarse el “ejemplo perfecto” de su habilidad para jugar con las percepciones de la audiencia. A través de esta actuación, Monroe envió un mensaje que podía pasar desapercibido para quienes la veían únicamente como una belleza frívola: su personaje, aunque aparentemente vacío, se reía en secreto de la superficialidad del mundo que la rodeaba.
Monroe era consciente de que estos papeles le permitían dar un paso adelante en su carrera, pero también entendía que se trataba de un juego de desgaste. Entre líneas, lanzaba destellos de ingenio y una ironía velada, mostrando al mismo tiempo su talento y el absurdo de los roles impuestos a las mujeres en la época.La biblioteca de Marilyn Monroe, con sus cuidadosas selecciones y anotaciones personales, es quizá uno de los testimonios más elocuentes de la inteligencia y sensibilidad que Hollywood nunca llegó a apreciar en su totalidad. Esta colección no solo es un reflejo de su curiosidad intelectual, sino una especie de legado que habla de una mujer profundamente interesada en el autoconocimiento y en el análisis del mundo que la rodeaba.
Fuente: telam