En medio de una incipiente crisis, Real Madrid consiguió una victoria balsámica en su visita a Barcelona: le ganó por 3-1 con mucha autoridad en el Camp Nou, en un clásico español entretenido de principio a fin. Federico Valverde, Sergio Ramos (de penal) y Luka Modric anotaron los goles del equipo de Zinedine Zidane, que salió fortalecido, mientras que Ansu Fati había marcado el gol del empate transitorio para un equipo que tuvo a un activo Lionel Messi hasta que los blancos se pusieron adelante en el marcador por segunda vez.

Cinco minutos habían pasado cuando el francés Karim Benzema se retrasó, habilitó al uruguayo Federico Valverde, que ingresó solo por el medio del área. El futbolista de la Celeste hizo un par de toques para calibrar el remate, fusiló a Neto y anotó el primer gol del partido. Sorpresa en el Camp Nou.

Pero los catalanes respondieron casi de forma instantánea: Jordi Alba fue hasta el fondo y tiró un centro al corazón del área. Ansu Fati puso el empate, cuando corrían 8 minutos de ese primer tiempo frenético..

A los 23 minutos, Messi tuvo la primera jugada clara del clásico. Lo habilitó Ansu Fati, la Pulga controló con el pecho, enganchó y remató al primer palo. Courtois, arquero de Real Madrid, evitó el gol. En la jugada siguiente de un partido que por momentos no da respiro, Benzema también estuvo cerca del segundo gol. Neto, arquero de Barcelona, pudo repeler el remate.

Casi sobre el final del primer tiempo, Zidane tuvo que mover el banco de suplentes. Nacho, lateral derecho, se lesionó (un problema muscular), y Lucas Vázquez, el cuarto futbolista que puede ir a esa posición (Carvajal y Odriozola están lesionados), ingresó en su lugar.

El primer tiempo, que terminó 1-1, se abrió por ráfagas. Ataque y contraataque. Conjugó lapsos de letanía con minutos trepidantes. Barcelona pudo recuperarse del tempranero gol en contra e incluso pudo aumentar a través de Messi. Pero Real Madrid no dejó de presionar a los catalanes bien arriba en el campo, y cada vez que pudo contraatacó, con la velocidad de sus extremos, Asensio y Vinicius.

El segundo tiempo
La tónica del partido no cambió luego del descanso. Barcelona siguió administrando la pelota, con su rival más pendiente de la defensa que del contragolpe. En uno de esos ataques, Messi se vistió de asistidor y habilitó a Ansu Fati. El jovencito eludió a Ramos y, cuando tenía el pase a la Pulga, eligió el remate al segundo palo. La pelota se fue lejos. Y Fati se ligó la cara larga del rosarino porque no le sirvió el gol.

Dos minutos más tarde, Messi volvió a comandar el ataque blaugrana. Juntó a tres rivales en el medio, arrancó hacia adentro con el turbo puesto y volvió a buscar a Fati. El extremo buscó el segundo palo, por donde entraba solo Coutinho. El brasileño usó su cabeza (y no su pie) para definir y sólo por eso no fue gol.

Sin embargo, el francés Lenglet se pensó que no lo estaba viendo nadie y tomó de la camiseta a Sergio Ramos en el área. El árbitro recibió la llamada del VAR y la revisó. Dio el penal, que Ramos, fiel a su costumbre, definió. Los blancos se ponían arriba en el marcador

A cinco minutos del final, un centro rasante de Lucas Vázquez provocó una doble atajada casi milagrosa de Neto ante sendos disparos de Toni Kroos. Los blancos estuvieron muy cerca de definir el partido. Y a continuación otro centro de Vázquez fue rematado de primera por Sergio Ramos. Otra vez, apareció Neto para salvar a los suyos.

La definición llegó casi al final. Fue una jugada rápida iniciada por Modric, ingresado por Valverde. El croata quiso habilitar a Rodrygo, quien no pudo batir a Neto. Pero el rebote le quedó al rubio mediocampista, que terminó cerrando el partido con el borde externo de su botín derecho. Gol "tres dedos" que vale tres puntos justo en el clásico.

Fuente: La Nación