El pasado jueves 02 de diciembre, Viviana Canosa periodista de espectáculos y conductora del programa “Viviana con vos” en el Canal A24 de Capital Federal, hizo un llamado a la sociedad en general a una “desobediencia civil” y a una “rebelión civil en paz”, lo que rápidamente provocó reacciones de todo tipo.

En relación a éste tema, quiero expresar mi opinión como ciudadano de un país que aún conserva un estado democrático y es la siguiente:

El poder del soberano reside en el soberano y este se hace visible en las calles. ¡Así nació la Patria! Eso no resiste el menor análisis.  Toda esta gran controversia se origina porque el sector que no está en las calles, no se siente representado, o toma los dichos de periodistas y comunicadores sociales que opinan de manera contraria al gobierno nacional, como propios y simplemente adhieren al mismo. La gran pregunta sería, por qué no están en las calles y decir por qué tienen responsabilidades no debería ser la mejor o mayor excusa, cada uno tiene y recibe lo que se merece. ¿Tenemos el gobierno que nos merecemos? ¿Nuestra clase política es el fiel reflejo de nuestra sociedad?

Dicho esto, la solución no recae solamente en lo que se pueda interpretar o creer. Los medios no deberían ser formadores de opinión, sólo deberían informar, pero innegablemente eso ocurrió siempre y este hecho que nos ocupa es el fiel reflejo de ello, así también surge otra pregunta, estos medios son de verdad independientes, reflejan lo que ellos entienden está ocurriendo o también responden a otros intereses que se quieren hacer del poder y ocupar los espacios que tiene el oficialismo. ¿De ser así la rueda de la discordia social, jamás dejará de girar?

Si el pueblo sale a las calles, debe ser por decisión propia y no por ser inducido a hacerlo, porque de ser así, una vez impuesta una forma de gobernar basada en una forma parcial de pensar nuevamente tarde o temprano nos volverá a enfrentar. Los líderes surgen, no se imponen. Son ungidos

Argentina, nuestra patria se caracteriza por su permanente y eterno volver al pasado en sus sistemas de gobiernos, nunca terminamos de arrancar, estamos siempre empantanados en algo tan nuestro que no es precisamente el dulce, es el gen argentino y resulta ser nada más y nada menos que nuestra creencia de saber un poco de todo y no dejar hacer su trabajo a quienes saben hacerlo. No tenemos continuidad en materia de políticas públicas superadoras, no tuvimos, ni tenemos un plan económico ni siquiera a corto plazo. Así estamos y así nos va. ¿Seguimos esperando la llegada del mesías?

En este bendito país, desde un tiempo a esta parte, solo se habló de derechos y se dejó de lado las obligaciones. Hemos dejado que nuestros valores en general decaigan estrepitosamente y desde un sector importante y hoy mayoritario de nuestra sociedad, fueron aún más lejos. ¡Hasta le pusieron precio!

Nuestra clase política por un lado nos ha hecho creer que hablando solo de derechos empoderaban a los sectores más humildes y solo los empobrecían, estaban fomentando y capitalizando la pobreza y la relación de dependencia permanente del Estado. Mucho se habla de los pisos electorales de cada figura política, y no nos damos cuenta que esos pisos son los mismos que reflejan los porcentajes de pobrezas en Argentina. Por el otro lado, quienes se entiende son la oposición, no saben hasta ahora como hacer frente a esa manera oficial de hacer política que solo busca subyugar permanentemente a un sector teniéndolos de rehenes, asegurándose un caudal y porcentaje de votos que de tal manera les permita perpetuarse en el poder. Si no reaccionamos todos por igual, el estado seguirá siendo exprimido desde adentro y en algún momento terminará colapsando de manera definitiva.  Los pobres no se dan cuenta que lo son cada vez más y quienes dicen defenderlos a su vez, son cada vez más ricos.

De tal forma, la clase política gobernante, evidencia que, de alguna manera, somete al otro sector de la sociedad quienes están convencidos que son los que sostienen a los denominados mantenidos por el Estado y de quienes también se dice, no aportan nada. Pero quienes no son adeptos al gobierno nacional. Ese otro sector que se cree ajeno, a todo lo malo que pasa, paradójicamente resulta ser también parte del problema porque no termina de reaccionar y no se anima a tomar los espacios que otros sí.

La reacción no debe ser violenta, la palabra rebelión puede ser entendida de esa forma y es ahí donde hay que ser muy claros y contundentes al momento de hacer una convocatoria pública y de manera masiva, entiendo la palabra justa debió ser manifestación pacífica. Todo lo que se logre trasgrediendo las normas, carecerá de respaldo legal y no podrá ser sostenido en el tiempo. Todo cambio que se pretenda debe ser en el marco de la absoluta legalidad y si hablamos de cambios de gobiernos antes que cumplan su ciclo establecido por las leyes, decir también que existen mecanismos constitucionales para hacerlo por la vía administrativa y en ese sentido el rol de nuestros legisladores es más que importante, son nuestros representantes. La gran pregunta es ¿Nos representan? 

Para un sector importante de nuestra sociedad, nuestro país carece de un liderazgo y es por eso que siente estar a la deriva y por eso se agarra y aferra a lo primero que encuentra.  Los liderazgos hoy están muy diseminados y principalmente en la oposición política nacional por eso prevalece el oficialismo.  La líder es una sola y nadie puede discutirlo.

Habrá que encontrar a quien o quienes ejerza o ejerzan esos liderazgos y partiendo de ese punto intentar cambiar todo lo que se cree y que evidentemente, está mal, ahora ese cambio se logra entre todos, principalmente con la participación de ese sector mayoritario, creado, sostenido, mantenido y fomentado por el gobierno nacional.

El pueblo argentino en su conjunto deberá decidir si el presente que vivimos es el futro que desea para su descendencia.  Al momento de reclamar nuestros derechos y reclamar cambios para que ello suceda, tratemos de convertirnos en todo aquello que criticamos, porque de ser así tarde o temprano seremos más de lo mismo.

Dentro de la ley todo. Fuera de la ley nada.

Gustavo Olivello

DNI.Nro. 22.882.384

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