De Praga a Madrid el cine argentino se hace presente en los últimos días de sol europeo. Tardes para “andar sin chaqueta”, tal como dicen los españoles, o para estar atentos a los termómetros del “Babi Leto”, ese “veranito otoñal” que mantiene expectantes a los checos en una montaña rusa cuyo clima pasa del frío al calor. Pero si de calor se trata, clave fue la ovación que dirigió el público checo a la proyección de La odisea de los giles, elegida como película de apertura del 10° Festival de Cine Argentino de Praga desarrollado en el cine Lucerna, histórica sala de cine de la ciudad existente desde el período mudo y que fuera del tío del primer presidente luego del comunismo, Vaclav Havel.

Este encuentro, organizado por la Embajada Argentina en la República Checa, reunió lo último de la producción nacional desde Una casa lejos y Baldío hasta Re Loca o El cuento de las comadrejas, cuya actriz protagónica -la siempre vigente Graciela Borges- envió un mensaje especialmente grabado para la ocasión: “Un saludo enorme a un lugar que se llama Praga ¡Cómo puede ser tan linda una palabra! Además nos unifica el arte, y el cine está presente ahí”, dijo la mítica actriz argentina en un momento de su cálida salutación. La escuchaba desde la platea Daniela Kolarová, actriz fundamental del cine checo de la mano de directores como Jiri Menzel o Jan Sverak, con una trayectoria y una fama sólo equiparables a la protagonista de El dependiente y La Ciénaga, entre tantos clásicos del cine nacional.

Pero la presencia del cine argentino en el panorama europeo no se detiene. Desde hoy y por espacio de una semana, tiene lugar en el centro de España, la popular Seminci, la Semana Internacional de Cine de Valladolid, que en su 66° edición dedica un foco especial a los últimos 20 años del cine argentino. El festival, que tendrá en la figura de Malcom McDowell -protagonista de La naranja mecánica, que cumple medio siglo- a su figura central, también reúne a lo más granado del cine español y los nombres de Tristán Ulloa, Juan Diego, Antonio Resines, Emma Suárez, Emilio Gutiérrez Caba, Alex de la Iglesia y Carlos Saura convivirán con la delegación argentina encabezada por dos ganadores del Oscar, Juan José Campanella y el actual director del INCAA, Luis Puenzo, e integrada también por Paula Hernández y Mariano Llinás, de quien se verá en carácter de estreno su documental Corsini interpreta a Blomberg y Maciel.

Dentro de los 16 largometrajes que integran la sección se verán títulos fundamentales como Un oso rojo, Los rubios, El aura, La niña santa, XXY, y también títulos que serán un contacto original para el público español como Fantasmas en la ruta, El cielo del centauro o Las facultades, todo enmarcado en la entrega de la Espiga de Honor a Campanella, que será depositada en sus manos por Eduardo Blanco y Oscar Martínez en la Gala de Apertura y de quien se verá en dicha sección, denominada Relatos salvajes, historias extraordinarias, dos décadas del cine argentino, (que contó con las gestiones de la Embajada Argentina en España y el INCAA), el último premio Oscar para nuestro país ganado por El secreto de sus ojos.

No será el único premio a la trayectoria de la Seminci, porque también se llevarán el galardón el mítico director de fotografía Vittorio Storaro, y los talentos locales Mercedes Sampietro, Alex de la Iglesia, José Luis Alcaine, José Coronado y Emilio Gutiérrez Caba, que recibirá su galardón de manos de otro argentino, el realizador Enrique Gabriel. Para Javier Angulo, director del festival, esta edición representa: “Un año para la esperanza, para recuperar lo que teníamos antes de la pandemia y para mejorarlo”.

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