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30 de diciembre de 2020

Coronavirus. "Fue una batalla campal": disputas para acceder a la vacuna en los hospitales de Nueva York

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El rumor corrió como reguero de pólvora. Al parecer, en el noveno piso del Hospital Infantil Morgan Stanley, uno de los más prestigiosos de la ciudad de Nueva York, nadie vigilaba la fila para recibir la vacuna contra el coronavirus, así que cualquiera podía colarse y recibir la tan preciada dosis.

Las reglas estipulaban que los trabajadores de la salud más expuestos al contagio debían recibir la vacuna primero, pero podo después de iniciada la campaña, ya estaban vacunando al personal de secciones de bajo riesgo, incluso a algunos pasaron gran parte de la pandemia trabajando desde su casa.

El error, ocurrido 48 horas después del arribo de las primeras dosis a la ciudad, generó bronca entre el personal, y el hospital tuvo que salir a disculparse.

En un correo electrónico dirigido al personal, un alto ejecutivo del hospital, el Dr. Craig Albanese, escribió: "Estoy muy decepcionado y triste por lo sucedido".

La semana pasada, la llegada de miles de dosis de vacunas a los hospitales de Nueva York fue recibida con esperanza por los médicos y enfermeros que trabajaron en la primera ola de coronavirus, en marzo y abril. Pero por ahora las dosis de la vacuna son muy escasas, y algunos hospitales se topan con problemas a la hora de administrar esas dosis.

Al ser entrevistados para este artículo, más de la mitad de una docena de médicos y enfermeros de hospitales del área de Nueva York dijeron que estaban molestos con la forma en que se estaba distribuyendo la vacuna en sus instituciones. Los entrevistados accedieron a contar lo ocurrido, pero la mayoría solicitó que no se mencionaran sus nombres, porque durante la pandemia los hospitales ya han dado muestras de su predisposición a despedir o castigar a empleados que hablen con los medios de prensa.

En algunos grandes hospitales de Manhattan, los médicos y enfermeros recuerdan haber seguido las novedades en las redes sociales y, cada vez que veían la selfie de alguno de sus colegas mientras lo vacunaban, se preguntaban inmediatamente: "¿Esta persona se merece la vacuna antes que yo?"

"Estamos en la segunda fila para ser vacunados, y nos parece una falta de respeto y una desconsideración", les escribió un grupo de anestesistas a los administradores del Hospital Mount Sinai durante el fin de semana.

Los trabajadores de la salud dicen que los rumores se extendieron rápidamente por los grupos de WhatsApp y en charlas de quirófano. Allí empezó a circular la historia de un cirujano plástico que logró vacunarse antes de lo esperado, o el rumor de que en un hospital de Manhattan tuvieron que tirar dosis por falta de planificación.

En los chats grupales, los médicos discuten formas de acceder a la vacuna antes de lo previsto. Uno de los médicos del Mount Sinai recuerda que algunos de sus colegas sugerían ponerse directamente en la fila para vacunarse y llegado el caso decir que realizaban "procedimientos relacionados con el Covid".

"Queda claro que estamos dispuestos a pisarnos la cabeza para conseguir la vacuna", dice un médico del Hospital Infantil Morgan Stanley.

Muchos de esos rumores resultaron no ser ciertos. Sin embargo, revelan una desconfianza creciente y una actitud del "sálvese quien pueda", dice otro médico del Hospital Monte Sinaí.

Quienes integran la llamada Fase 1 del plan de distribución de vacunas del estado de Nueva York son los trabajadores de la salud, y los residentes y el personal de los geriátricos. En ese grupo hay unos 2 millones de personas, así que el pase a la Fase 2, que incluye a los trabajadores esenciales, no comenzará hasta fines de enero. (Y la distribución en general probablemente comenzará a mediados de junio.)

Pero el estado de Nueva York ha dejado mayormente en manos cada institución de salud la tarea de diseñar la primera fase del plan de vacunación. En la primera semana, muchos hospitales eligieron vacunar a una amplia variedad de trabajadores (enfermeras, médicos, personal auxiliar) de las salas de emergencia y las unidades de cuidados intensivos. Pero en los días posteriores a los festejos que acompañaban las primeras inoculaciones, el ánimo en los hospitales se fue caldeando.

Consultado sobre los trabajadores de la salud que se colaron en la fila para vacunarse en el Hospital Infantil Morgan Stanley, el centro médico informó lo siguiente a través de un comunicado: "Estamos orgullosos de haber vacunado en poco más de una semana a miles de empleados en contacto con los pacientes, y continuaremos haciéndolo hasta que todos reciban una vacuna. Estamos siguiendo todas las pautas del Departamento de Salud del Estado de Nueva York sobre la prioridad de las vacunas, con nuestro enfoque inicial en el personal de la UTI y el servicio de urgencias, con acceso equitativo para todos."

Aún así, consultados por la prensa, cuatro trabajadores de la salud del Morgan Stanley expresaron resentimiento hacia sus colegas y consternación por el modo en que los administradores del hospital permitieron que el esquema de vacunación degenerara de esa manera.

En algunos lugares, los médicos y enfermeras que trabajan en unidades dedicadas al Covid-19 no fueron incluidos en el grupo prioritario.

Ivy Vega, una terapeuta ocupacional que viene tratando pacientes con Covid en el Centro Médico Irving de la Universidad de Columbia, otro hospital de la red presbiteriana de Nueva York, dice que se quedó esperando ser vacunada, mientras otros recibían la inyección. El miércoles recibió su primera dosis.

"Durante la pandemia hubo un verdadero sentimiento de camaradería, y fue eso es lo que nos ayudó a seguir adelante", dice Vega. "Y ahora, la llegada de esta vacuna tan esperada, que debería ser motivo de celebración, se está convirtiendo en un enfrentamiento. Hay rivalidad, escepticismo y desconfianza".

Una semana después de iniciada la campaña, algunas enfermeras del Morgan Stanley aseguran que todavía no han sido vacunadas.

"Lo más triste son los enfrentamientos entre la gente", dice un médico que trabaja en el hospital. "¿Quién puede decir honestamente que tal o cual empleado merece la vacuna antes que yo? Nadie la merece antes que nadie."

Otro médico de una unidad de terapia intensiva del hospital recuerda la escena que presenció la semana pasada: un grupo de miembros del personal avanzando decididamente y a paso firme hacia los ascensores, donde estaba instalado el puesto de vacunación. Uno de ellos explicó de pasada que se dirigían a vacunarse.

"Fue una batalla campal, un sálvese quien pueda", dice el médico, que pidió preservar su anonimato por temor a represalias de sus colegas.

Albanese, director de operaciones del hospital infantil, se dirigió a todos por correo electrónico y culpó al equipo de vacunación por no limitar las vacunas a las personas de su lista.

"Tenemos que priorizar a los equipos de mayor riesgo", escribió en su email.

El enojo de los anestesiólogos

En el Hospital Mount Sinai de Manhattan, el lanzamiento de la vacuna se desarrolla a plena vista de todos, en el atrio central del hospital, donde los miembros del personal se cruzan diariamente durante la jornada de trabajo o cuando hacen una pausa en sus labores. Muchos médicos y enfermeras dicen que piensan espiar quién se puso en la fila para ser vacunado y si esa persona se ajusta a las prioridades establecidas por el gobierno para la vacunación.

"A pesar de nuestras rigurosas políticas y procedimientos de vacunación, estamos al tanto de un puñado de denuncias de irregularidades", dijo el Mount Sinai en un comunicado. "Debido a la confidencialidad del tema, no podemos hacer referencia a ningún problema individual específico, pero toda denuncia será investigada de manera adecuada y exhaustiva."


El fin de semana pasado, los anestesiólogos, que durante el brote en Nueva York desempeñaron un papel crucial en el tratamiento de los pacientes críticos, se quejaron de haber visto gente que era vacunada antes que ellos.

Así llegamos a la carta anónima enviada a la administración del hospital.

"La situación se nos hizo intolerable cuando fuimos testigos de la administración de vacunas, aparentemente al azar, a empleados que no formaban parte del grupo planeado originalmente", dice la carta, que fue enviada a nombre de "Miembros preocupados del equipo médico" del departamento de anestesiología, medicina perioperatoria y medicina contra el dolor.

Al ser entrevistados, varios anestesiólogos del Mount Sinai señalaron que sus colegas en varios otros hospitales ya habían sido vacunados.

Los anestesiólogos están seguros de que tendrán que desempeñar un papel crucial si las hospitalizaciones siguen aumentando, y en los últimos días algunos de ellos ya fueron vacunados.

Fuente: La Nación

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