Hay una imagen estereotipada en sobre la llegada de inmigrantes europeos al interior argentino. Esta suele considerar a los denominados “alemanes del Volga”, junto a los italianos y españoles, como el único aporte inmigratorio que coadyuvó al desarrollo de las colonias agrícolas argentinas. Pero junto a representantes de aquellas nacionalidades también llegaron otras desde principios del siglo XX. Al impulso de la ampliación de la frontera agropecuaria y la creciente demanda de los países europeos de productos primarios, se asentaron en la zona otros contingentes como sirios, libaneses, judíos, polacos, yugoslavos y también húngaros.

Desde 1850 fueron llegando, en grupos o en forma individual, húngaros a la Argentina. Para preservar y difundir sus tradiciones, ellos se agruparon luego en asociaciones y clubes. Varias asociaciones húngaras se formaron, con el tiempo, en distintas localidades de la provincia de Santa Fe. Hasta el día de hoy, se encargan de difundir su amplia y milenaria cultura. Una de las lógicas maneras de hacerlo es continuar cocinando sus platos tradicionales. Uno muy rico, que no solo es típico de Hungría, sino de varios países de Europa, son los knoedel. Aunque puede encontrarse escrito como nudel, esta adaptación no es totalmente correcta y su nombre oficial en alemán es Knödel o Klöße. Los Knödel son bolas de masa hervida que se pueden hacer de diversas formas y con varios ingredientes. Son típicos sobre todo en el sureste de Alemania, República Checa, algunas zonas de Austria y en el Alto Adigio, una provincia italiana con tradición austriaca.

No se debe confundir con la palabra alemana Nudel, que significa fideos. Por ello, si viajas a una zona en la que se hable alemán, es mejor llamarlos Knödel, dumplings en inglés.

Una receta versátil
Hay distintas formas de servir los Knödel. Se pueden preparar como plato principal o como acompañamiento de numerosas comidas. Además, algunas variantes están rellenas y pueden cocinarse tanto dulces como saladas.

A esta receta nos la mandaron desde San Jorge. Es una de las principales ciudades del centro oeste santafesino, donde viven muchos descendientes de húngaros. Esta es una variante de los famosos Knodel alemanes, austriacos y húngaros. Una abuela de San Jorge, nacida en Hungría, los hacía de diferentes formas, salados y dulces. Los que más les gustaban a los chicos, que los siguen haciendo hoy. En este caso, son los knodel de ciruelas.

Ingredientes
3 papas medianas hervidas con cáscara y 500 gr de harina. Con estos dos ingredientes, hacer una masa como para ñoquis (pelar las papas).

6 u 8 ciruelas jugosas partidas en el medio sin carozo. Azúcar y canela mezclada (más o menos 3 cucharadas de azúcar y dos de canela)

Preparación
Estirar la masa en cuadrados de aproximadamente 15 x 15 cm. En el medio, agregar dos mitades o una de ciruela y dos cucharaditas de azúcar y canela, cerrar o envolver las ciruelas con la masa (debe quedar grande como la palma de la mano).

Hervir en agua caliente hasta que floten (no pasarse porque se abren). Pan cortado en cuadraditos (croutones), freírlos con bastante manteca y agregar a ellos los Knodel (seguro que hay que agregar más manteca).

Así de simple. ¡Ya están listos los knoedel! Son deliciosos y se pueden comer como postre, o comida principal. Especialmente tipo 19, horario de cena de los europeos.

También se puede usar la imaginación con distintas frutas: frutos rojos, damascos, duraznos. Siempre son más deliciosos los agridulces.

Esperamos que les guste este aporte de la cultura de los húngaros a Santa Fe.

fuente: Ser argentino